Especial

Cumple 68 el único entrenador latinoamericano campeón olímpico

12:42 09/10/2022 | El cordobés Rubén Magnano, hoy al frente de Uruguay, es uno de los únicos 4 técnicos no estadounidenses que tienen una medalla dorada en básquet.

Magnano en el 2016 con Mike Krzyzewski, el DT más ganador de la historia de los JJOO (3 oros) (Getty)

Los Juegos Olímpicos de Básquet siempre han sido una gran obsesión para los deportistas de esta disciplina. A diferencia del fútbol, los JJOO siempre fueron considerados el torneo más importante del planeta, muy superior a un Mundial. Y es por eso que Estados Unidos siempre puso lo mejor que tenía para llevarse el oro, algo que consiguió en 16 de los 20 campeonatos disputados hasta ahora. 

Desde el debut en Berlín 1936 hasta Tokio 2021, solamente hubo 4 ediciones en las que Estados Unidos no se llevó el oro: Munich 1972 (la famosa final cuyo cierre se jugó 3 veces y donde la URSS le ganó a Estados Unidos), Moscú 1980 (Yugoslavia campeón por el boicot de EEUU a la URSS, no participando); Seúl 1988 (batacazo de la URSS ante EEUU en semis y oro posterior) y Atenas 2004, donde la humilde Argentina se quedó con la dorada en un torneo único e irrepetible. 

Esa selección inolvidable de Argentina fue dirigida por el cordobés Rubén Magnano, que hoy cumple 68 años y desde Básquet Plus le hacemos este pequeño regalo, recordando no solamente aquella gesta, sino el dato que agigante el logro: ese plantel, con Magnano incluido, claro, es el único latinoamericano en la historia en colgarse un oro olímpico de básquet. Y Magnano, en su rol, el único entrenador latino del mundo en conseguirlo. Leido lentamente, suena más importante todavía. 

Magnano había llegado al equipo nacional en el año 2000, luego de la salida de Julio Lamas para irse a dirigir al Baskonia español. Magnano había sido asistente de él y antes de Guillermo Vecchio y de Walter Garrone en el equipo nacional, o sea que conocía desde bien adentro las entrañas de la selección. Además, como DT de Atenas de Córdoba muchos años, se había educado en un ambiente de figuras de peso, como Milanesio y Campana. 

La selección que tomó Rubén estaba a punto caramelo tras el gran Mundial realizado en Grecia 1998, donde se pasó la posta de la generación anterior (Milanesio, De la Fuente, etc) a la de Ginóbili, Pepe Sánchez, Oberto y demás. Y en el 2001, primero en el Sudamericano, pero sobre todo en el Premundial de Neuquén, empezó la explosión.

Argentina ganó ese torneo invicto (10-0), dando espectáculo y mostrando a un equipo al que América le quedaba chica. Pero tenía que demostrarlo en el ámbito global, y lo hizo al año siguiente en Indianápolis, en un Mundial donde fue el equipo sensación, rompió el reinado del Dream Team de Estados Unidos y perdió una final polémica con fallos arbitrales muy dodosos en el cierre.

Esa espina se guardó en el corazón de los jugadores y cuerpo técnico, maduró en el Preolímpico del 2003, y germinó en Grecia en el 2004, donde, pese a no jugar su mejor básquet, el equipo estaba maduro para ganar los partidos que tenía que ganar. Y así lo hizo en todos los cruces: el local en cuartos, Estados Unidos en semis (su techo) e Italia en la final. 

El oro conseguido ante los italianos, a medida que pasan los años, se agigante cada vez más. Desde aquella derrota en semis, Estados Unidos armó un plan diferente y nunca más perdió un oro, cayendo solamente una vez en un partido, ante Francia, en Tokio 2021. Argentina quedó como el último campeón no estadounidense, y el único no estadounidense activo, ya que tanto la Unión Soviética (1972, 1988) como Yugoslavia (1980), los otros que ganaron el oro, no existen más. Argentina metió su bandera en la historia grande. Y Magnano fue el conductor. Feliz cumple Rubén. Y gracias por haber sido parte de eso. 

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