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El primer partido de las Finales 2024 entre Boston Celtics y Dallas Mavericks evidenció una meticulosa estrategia defensiva diseñada por Joe Mazzulla y su cuerpo técnico para neutralizar a Luka Doncic. Aunque Doncic logró anotar 30 puntos, su influencia como creador de juego fue completamente anulada, resultando en una noche históricamente baja en asistencias para él.

Doncic, conocido por su habilidad para crear espacio y ejecutar tiros difíciles desde cualquier lugar del campo, se encontró en una situación inusual: sólo pudo repartir una asistencia en todo el partido. Esto representó la primera vez en su carrera que terminaba un juego de postemporada con menos de dos asistencias. Los Celtics bloquearon efectivamente todas las líneas de pase y de penetración que Doncic suele explotar. No hubo pases cruzados ni rollos cortos, y los intentos de alley-oops a los interiores fueron constantemente frustrados por Kristaps Porzingis, Derrick White y Jrue Holiday, quienes se anticiparon a cada movimiento.

La defensa de los Celtics fue tan efectiva que obligó a los Mavericks a jugar en aislamiento. Los intentos de Doncic de involucrar a sus compañeros, como PJ Washington, Dereck Lively II, Derrick Jones Jr., y Daniel Gafford, fueron infructuosos. Solo Washington logró anotar en doble dígito, pero sus 14 puntos vinieron de tiros altamente contestados, muy distintos de los tiros abiertos que Doncic le generó en la serie anterior contra los Minnesota Timberwolves.

La incapacidad de los Mavericks para establecer un flujo ofensivo coherente se reflejó en su escaso número de asistencias: solo 9 en todo el partido, en contraste con las 23 de los Celtics. La defensa de Boston no solo se centró en Doncic, sino que cerró todas las vías que normalmente permiten a Dallas ejecutar su estilo de juego basado en el movimiento del balón y la creación de espacios.