Independiente de Oliva se consagró campeón de la Conferencia Norte de la Liga Argentina al eliminar a Barrio Parque en cuatro partidos (serie 3-1), y avanzó a la final nacional por el único ascenso a la máxima categoría del básquet argentino.
Los dirigidos por Martín González ahora aguardan rival, que saldrá del enfrentamiento entre Zárate Basket (2) y Deportivo Viedma (1), que este martes jugarán el cuarto punto en el Carlos Vasino de Zárate.
En un juego muy friccionado, con defensas intensas y muchas imprecisiones, Independiente lo ganó porque soportó mejor la presión en el cierre. Ahí, cuando la bola quemaba, aparecieron sus figuras, primero Lucio Reinuadi con un doble clave en el límite de la posesión, y posteriormente el bloqueo defensivo que le obligó a Barrio Parque a tomar un lanzamiento incómodo de Federico Pedano con la marca encima, cuando Lautaro Rivata, sin oposición, le pedía la bola.
De todos modos, esa última jugada no fue la causal de la derrota del equipo de Gustavo Peirone. Si de juego colectivo hablamos, fue Independiente el que se llevó todos los honores. El planteo táctico de Martín González sacó de la zona de confort a Barrio Parque, lo maniató, le cortó todos los circuitos ofensivos y lo terminó desgastando mentalmente. La lesión de Fernando Martina sufrida en Oliva (desgarro parcial en el tendón de Aquiles de su pierna izquierda) le otorgó un handicap muy grande a los verdes, pero en Córdoba no lo pudieron concretar.
Sin un centro definido, pero con José Bione cubriendo todos los espacios, Independiente le impidió a su rival el control en la pintura, y con los buenos ingresos de Alejandro Quigley, el combo fue letal, tanto que Bernardo Ossela y Andrés Landoni aparecieron con cuenta gotas, y con rendimientos muy bajos a los demostrados durante toda la temporada, en tanto Pablo Moya, luchó casi en soledad la mayor parte del tiempo.
La conducción de Joaquín Noblega, la explosividad de Lucio Reinaudi (muy cerca del triple doble con 10 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias), y el despliegue de Salvador Giletto, el jugador más importante de toda la serie, el aporte de Agustín Pautasso y el buen ingreso de Benjamín Herrera, cada vez más asentado, fueron los puntales de un equipo que recuperó a tiempo la esencia de su juego.
No venía bien Independiente, las derrotas en casa resignando la ventaja de campo lo dejaron tambaleando, pero contra todos los pronósticos, se impuso en escenarios muy complicados, primero en Santiago del Estero, luego en Ceres y finalmente en Córdoba para coronarse como el mejor del Norte, que al fin y al cabo, fue una consecuencia de lo realizado a lo largo de toda la temporada.
Barrio Parque jugó incómodo en su casa, tanto que perdió solidez como equipo. Solo afloraron sus individualidades, como Lautaro Rivata, Nicolás Buchaillot, Federico Pedano y Pablo Moya, pero en el cierre faltó lucidez para concretar las ofensivas. El dueño de casa tuvo varias oportunidades para despegarse en un partido con un marcador cambiante, pero desaprovechó muchas de las posesiones que le abrían dado un poco de aire y trasladado la presión al adversario, no obstante, la actitud y la lucha están fuera de toda discusión, porque cayó de pie y combatiendo hasta el final.
Festeja Oliva en una temporada inolvidable, donde Independiente ganó el Súper 8 y ahora se encuentra en la final por el único ascenso a la Liga Nacional. Gran mérito para un equipo y una institución debutante en la categoría, pero que tiene plena conciencia que todo se concreta dando pasos firmes y seguros. La esencia está, solo queda por ver, en pocos días, si la hazaña se termina de gestar.
Roberto Martín
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