Basquetplus.com

Croacia por un lado. Lituania por el otro. Dos de las mejores escuelas del mundo. Allí, el básquet es el deporte principal y no comparte el podio con nadie. Lo respiran y sienten como ningún otro. De esos lugares salieron dos de los mejores talentos que pudo ver el mundo, Arvydas Sabonis y Drazen Petrovic. Ambos revolucionaron el deporte, pero distintas situaciones le privaron a los fanáticos de verlos durante un tiempo más prolongado del acostumbrado. El primero debió decir adios tras múltiples lesiones que atentaron contra su salud y el segundo falleció en un accidente de tránsito cuando comenzaba a consolidarse en la NBA. 

Pero un guiño del destino los enfrentó en uno de los mejores partidos de la historia. Era la final de la Copa de Europa de la temporada 1985/86 y se enfrentaban el Cibona Zagreb de Petrovic con el Zalgiris Kaunas de Saonis. El lituano había sido elegido en el draft de la NBA por los Blazers y el croata venía promediando 40.2 puntos en el certamen. Dos maquinas irremplazables y potentes que detestaban perder y hacían todo por ganar. Así lo demostrarían aquella jornada. 

Como si fuera una pelea de boxeo, los días anteriores al partido se vivieron de una manera muy discutida. Cruces de declaraciones, insultos, conteos de victorias entre ambos y hasta una acusación de Sabonis a Petrovic (lo tildó de payaso y egoísta) fueron el aliciente de una de las finales más esperadas de los últimos tiempos.  ¿En la cancha el día del juego? Nada más y nada menos que 8.000 croatas y 4.500 lituanos. 

En el inicio el enfrentamiento no defraudó y Cibona tomó la delantera al término del primer tiempo (47-39) gracias a un monumental Petrovic, que se encargó de responder en la cancha todo el jarabe mandibular agrio que se había dilapidado en la previa. Sabonis tampoco se quiso quedar atrás y finalizó el segmento con 17 puntos y ocho rebotes. Sin embargo, los balcánicos estaban en una misión y mantendrían la ventaja hasta el final.

Con nueve minutos restantes todo explotó y, luego de que Nakic anote un doble, Karpikas le propinó un tremendo golpe que finiquitó en antideportiva. Segundos después, el mismo Arvydas llegó corriendo y le dio un puñetazo a Nakic. Pelea de por medio, Sabonis terminó siendo expulsado y se retiró con 27 puntos y 17 rebotes. Tras los incidentes, Cibona dominaría aún más el partido y Petrovic sería la figura sin despeinarse en demasía (22 puntos y 6/18 en tiros de campo), otorgándole a los suyos un deseado campeonato en una región que comenzaba a hacerse grande por sí misma. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14