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Si un mérito tuvieron los extranjeros de San Lorenzo en estos playoffs, fue rendir dentro de su rol. Los tres entendieron desde dónde podían serle más útiles al equipo y sin egoísmo, otorgaron un aporte altamente positivo dentro de esa función.

Si de roles hablamos, está claro que el más protagónico se lo llevó Matthew Bryan-Amaning, que luego de un comienzo lento en la final, terminó redondeando una muy buena labor, batallando con un pivote muy duro como Torin Francis.

"Estoy muy contento de poder terminar así, lo que para mi ha sido una temporada muy larga", dice el inglés. "Obviamente acá solo vine para los playoffs, pero ya había jugado más de 60 partidos en México. Fue un año largo y estoy contento de terminarlo en una nota positiva. Vine para ganar el campeonato. Cuando me hicieron la oferta, mi agente me dijo que era un gran equipo y que este era el objetivo. Me gustó la liga argentina, hay mucho talento acá".

El otro foráneo titular, Marcus Elliott, fue un ejemplo de lo que marcábamos al principio: entender que este era un equipo con mucho talento ofensivo y que en este caso, se precisaban aportes en otras cuestiones. El escolta así lo entendió y no sólo pudo ayudar desde el goleo, sino que también dio lo mejor de si en defensa.

"En este momento no puedo describir exactamente lo que siento, pero estoy contento y siento que hemos cumplido", dice Elliott. "Cuando llegué a San Lorenzo este era el objetivo: ganar el campeonato. Mi agente me dijo que me querían traer para ser un jugador de rol, porque el equipo ya tenía muy buenos jugadores y me necesitaban para hacer las cosas pequeñas. Llegué y traté de hacer mi rol. Fue algo diferente para mi, pero siento que encajé perfecto en el equipo". 

Por último, el único del tridente que estuvo desde el principio del año fue Roquez Johnson, que en su primera experiencia como profesional colaboró desde lo defensivo y en todo lo relacionado a la lucha física. Sin dudas que esta será una temporada difícil de olvidar para el interno, que ganó el primer título de su carrera.

"Es mi primera vez en un partido por un campeonato, en mi primer año jugando profesionalmente. Realmente siento que esto es una bendición, haber podido ganar un campeonato en mi primer año. Desde un principio este fue el objetivo: empezamos 10-0 y nos dimos cuenta que le podíamos ganar a cualquiera, y que teníamos potencial para ser campeones. En los playoffs volvimos a nuestro mejor nivel, ganando la primera serie 3-0 y mostrándole a todos que habíamos venido a jugar".

¿Las claves de la serie en la visión de los extranjeros? "La clave fue la defensa y jugar muy duro. Los estuvimos dejando en 66 o 68 puntos por partido. Creo que hicimos un gran trabajo en el costado defensivo y adelante siempre íbamos a poder anotar, porque tenemos muchos jugadores talentosos", dice Bryan-Amaning, mientras que Elliot agrega: "Fue decisivo ganar esos dos partidos en Formosa. Cuando ganamos ese segundo partido allá, la serie se terminó".