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Cada temporada de la NBA, a menos que ocurran imprevistos como el COVID-19, cuenta con un total de 82 partidos por equipo, allí se pelean por ingresar a los playoffs y luego luchan por el título. De entrada, ya es difícil que un jugador dispute todos los partidos de la temporada porque siempre aparece una lesión o los entrenadores los cuidan en ciertos partidos. Pero el hecho de que un jugador juegue más de 82 sí que es algo muy poco habitual.

Walt Bellamy sabe lo que es eso y lo logró en la temporada 68/69, donde se dieron una serie de circunstancias que derivaron en que terminara jugando un total de 88 partidos en aquella campaña. Arrancó la temporada en los New York Knicks y no tuvo el desempeño que se esperaba de él. Por eso, luego de jugar 35 partidos con el equipo de la Gran Manzana, fue traspasado a los Detroit Pistons, donde jugó otros 53 encuentros, dando un total de 88. Los calendarios de los dos equipos tenían una diferencia de 6 partidos entre sí y Bellamy no se perdió ni un solo partido, un récord impresionante.

La historia de este jugador fue una de esas de las que se esperaba demasiado y nunca terminó de explotar. Arribó a la NBA como uno de los novatos sensación, listo para darle pelea a Wilt Chamberlain. En su primera temporada promedió 31.6 puntos, 19 rebotes y 2.7 asistencias, y se llevó el Premio al Mejor Rookie del Año. Sin embargo, nunca pudo desarrollar todo su potencial y no logró grabar su nombre en la historia. Lo que sí quedará, tal vez, para todos los tiempos, es su increíble récord de 88 partidos jugados en una temporada.