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La altura es un factor determinante dentro del básquet y eso está claro. Sin embargo existen casos increíbles de jugadores que, con bajas estaturas, lograron hazañas importantes. Uno de los casos más reconocidos a nivel mundial es la historia de Spud Webb que, con solo 1.68 metros de altura, consiguió ganar el Concurso de Volcadas de 1986. 

El base jugaba en Atlanta Hawks y, evidentemente, no era el que más chances tenía de ganar la competición. Dominique Wilkins (compañero de equipo de Webb), que era el último campeón de la competición, aparecía como el claro candidato a coronar. Sin embargo Spud ofreció un espectáculo sin precedentes en donde, con su baja estatura la volcó con una solo mano, con dos y hasta metió un giro de 360º. Todo esto despegando del suelo con una increíble capacidad atlética. 

Finalmente el jugador de los Hawks ganó la competición, venció al habilidoso Wilkins y concretó uno de los grandes hitos de la historia de la NBA. El tercer jugador más bajo de la historia (detrás de Bogues y Boykins) supo hacer un buen papel en Atlanta y su mejor versión se vio en Sacramento Kings cuando llegó a ser titular. También jugó en Minnesota, Orlando y se retiró en 1998.