Basquetplus.com

Manu Ginóbili siempre se mostró como una persona muy curiosa, estudiosa, con muchas ganas de conocer, investigar y explorar nuevas experiencias. En muchas ocasiones debió contenerse por encontrarse compitiendo al más alto nivel y la exigencia que eso conlleva y no poder exponer su cuerpo a esos riesgos.

Una de sus pasiones fueron los fierros. Así lo expresó el propio Manu en una entrevista a Automundo, en el año 2021. Ginóbili contó que marca preferida es Renault y ese amor nació en realidad por el Torino, una relación especial que lo lleva, automáticamente, a su adolescencia y a su Bahía Blanca natal.

Así comentó Manu que nació su fanatismo con Renault: “En 1980 mi papá se compró una Renault 12 Break roja, que era ideal para una familia que venía creciendo y que también se convirtió en la movilidad de todo mi equipo de básquet. ¡A veces éramos diez en el auto! El momento en que me apasioné definitivamente con el básquet fue yendo de cancha en cancha en ese Renault 12. Me tiraba atrás con un montón de compañeros viviendo diferentes experiencias, desde toda la alegría previa por ir al partido a la frustración por una derrota o la felicidad por una victoria”.

Manu también recordó todos los 1° de mayo cuando su familia se iba a comer a la casa de su tío y él podía andar en el Torino: “Yo le pedía a gritos que me llevara en su Torino porque lo ponía a 200 en la ruta, o al menos eso era lo que yo pensaba porque tendría entre 6 y 8 años y a esa edad uno magnifica todo”.

Enseguida agregó detalles sobre esa situación: “Yo era medio loquito por los números, entonces siempre miraba los autos que estaban estacionados para ver qué velocidad máxima marcaba el velocímetro. Cuando me subí por primera vez al Torino de mi tío y ví que la aguja llegaba a 200 no lo podía creer, pensaba que no era posible. Así que cuando mi tío me llevaba a dar una vuelta era cuestión de mirar el velocímetro y ver cómo los km/h avanzaban rápido”.

Ginóbili se convirtió en la cara de Renault con el correr de los años y en 2019 fue invitado al Gran Premio de Estados Unidos de la Fórmula 1 por la marca del óvalo y pudo acceder a los boxes y ver en primera persona los monoplaza.

Al vivir de cerca esa experiencia, a Manu se le generó una gran incertidumbre: “En todo deporte tenemos momentos de relax, de bajar las pulsaciones. Un futbolista cuando no está en posesión de la pelota, en el tenis descansa minuto y medio o dos minutos, nosotros tenemos como 1.000 minutos y, además, entramos y salimos. Por eso no puedo entender como hace un corredor de F.1 para mantener esa intensidad y concentración porque está su vida puesta ahí en juego. No puedo entender cómo hacen para mantenerse a ese nivel; capaz que llega un momento que sí, que hay una recta y ellos pueden respirar. Pero a mi me da la sensación que a 320 km/h no podés ni siquiera respirar. Me gustaría charlarlo con alguien, con algún piloto para que me lo explique”.