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Sin dudas una de las derrotas más dolorosas para Manu Ginóbili y los Spurs fue ante Miami en 2013, al caer en siete partidos. De hecho, allí fue donde el argentino confesó tiempo después que pensó en dejar de jugar. Pero no lo hizo y la gloria les tocó en 2014, tomándose revancha ante el Heat con uno de las mejores muestras de juego de equipo que se hayan visto.

Pero todo tuvo un inicio para esa temporada de ensueño, y el argentino contó los pormenores en la radio uruguaya Del Sol. “Ese golpe fue durísimo. Fue increíble” comenzó el bahiense. Y destacó la figura de Gregg Popovich: “Fue un caballo, fue una máquina de empujarnos, pincharnos, desafiarnos, cagarnos a pedos”.

A su vez, la pretemporada fue en la base de la fuerza aérea de Colorado Springs: “El entorno era militar, fue una preparación dura, y psicológicamente con el video del partido 6 (el triple de Ray Allen), nos hablaba y nos decía cómo no tenía que pasar de nuevo”.

“Fue una historia increíble” confesó Manu sobre su último título en la NBA. Y reflexionó a la distancia sobre aquel equipo que terminó venciendo al Heat por 4-1. “Fue un guión ideal. Es difícil que se pueda dar. Si era otro entorno no tenía otro sabor. Mismo estadio, mismos rivales, ideal. Nos sirvió a todos para sacarnos espina dolorosísima”.

Pero esa victoria contundente tuvo sus dudas luego de los dos primeros partidos: “Empezamos 1-1. Cuando nos ganan en casa decís ‘a la mierda’”, pero volvió a recalcar el papel de Pop para no caerse: “Llegamos a Miami a la sesión de video y nos dijo ‘no vinimos acá a ganar un partido, vinimos a ganar los dos’. Y fuimos y ganamos los dos”.