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Año 2006, los playoffs de la NBA en pleno tránsito y se medían dos colosos en las semifinales de la conferencia Oeste. Duelo de texanos entre los Mavericks de Nowitzki y el Big 3 de los Spurs que ya llevaba un par de títulos bajo el brazo. Una serie que se extendería hasta el séptimo partido luego de que San Antonio estuviera abajo en la serie por 3-1. En el juego definitorio, los Spurs habían logrado ponerse en ventaja por primera vez en el partido luego de haber estado perdiendo 20. Superioridad de 3 puntos gracias a un triple de Manu a 32 segundos del cierre. Tony Parker explicó: "Sin triples. No faltas. Esa era la consigna desde el banquillo en el tiempo muerto". La siguiente jugada caería en manos del gigante alemán de Dallas. 
 
Nowitzki buscaría una jugada de 2 puntos, entró al área, logró evadir la defensa de Bruce Brown y cuando y se dispuso para sacar el tiro. En ese instante Manu no pudo contener la garra y su espíritu solidario lo hicieron ir en auxilio de la jugada, con la mala fortuna de que la jugada terminó en falta y en puntos del rival. Dirk desde la línea de libres terminó la jugada de tres puntos, empatando nuevamente. La siguiente jugada fue la última del tiempo reglamentario, una penetración del propio manu que terminó siendo bloqueada por el 41 alemán. Todo terminó el tiempo extra y ahí Dallas no perdonó, ante el público de San Antonio ganaron por 119-111. 
 
El error de Ginóbili cometiendo la falta no se lo perdonaría fácilmente. De los jugadores de San Antonio, ninguno sufriría tanto aquella derrota como el argentino. Buford, asistente de Popovich, dijo: "No creo que haya otra persona más dura consigo misma que Manu. Es el competidor más duro que he visto". Bruce Bowen, el socorrido por Ginóbili, añadió: "Ahora desearía haber hecho esa falta por él, yo puedo olvidar ese asunto, pero conociendo a Manu, esto le atormentará durante bastante tiempo". Incluso Tim Duncan contactó a Malik Rose, excompañero en los Spurs, y una de las amistades más cercanas a Ginóbili para apoyarle en esos momentos. 
 
Un animal competitivo suelto en una selva de motivaciones, eso era Manu Ginóbili en la NBA. Para la extrema competitividad y la espiritualidad ganadora se necesita tener los pies sobre la tierra y ser el primer crítico de uno mismo, algo que el legendario escolta de San Antonio practicaba continuamente. La exigencia a su juego salía más por su propia boca que por las de sus compañeros, periodistas o fanáticos.