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Philadelphia 76ers sumó su derrota número 14 en 17 partidos tras caer ante Houston Rockets en tiempo extra (115-122). Sin Joel Embiid ni Paul George, ambos lesionados, el equipo liderado por Tyrese Maxey (39 puntos) y Guerschon Yabusele (22 puntos) volvió a mostrar destellos aislados en un contexto desalentador. En contraste, la figura de los Rockets, Jalen Green, castigó con 41 unidades, consolidando el mal momento de los Sixers, que se encuentran penúltimos en el Este con un récord de 3-14.

La temporada había comenzado con altas expectativas tras la llegada de Paul George, considerado la pieza faltante para acompañar a Embiid en la búsqueda del ansiado campeonato. Sin embargo, las lesiones han arruinado cualquier posibilidad de continuidad. Embiid, con solo cuatro apariciones, y George, lidiando con problemas crónicos en su rodilla, son símbolos de un equipo que no logra estabilidad. A esto se suma el irregular desempeño del entrenador Nick Nurse, quien no ha conseguido resolver los problemas defensivos, dejando al equipo en el puesto 18 en eficiencia defensiva y el 28 en ofensiva.

En la historia de la NBA, solo ocho equipos han alcanzado los playoffs tras iniciar con un récord de 3-13 o peor, y todos fueron eliminados en primera ronda. Este dato subraya el desafío monumental que enfrenta Philadelphia. Si bien el Este es particularmente débil esta temporada, y los Sixers están a solo 3.5 juegos de un lugar en el Play-In, las probabilidades están en su contra. Incluso con un regreso de Embiid, las dudas sobre su capacidad para mantenerse sano durante el resto de la temporada persisten.

Otro factor clave en esta complicada ecuación es el Draft 2025. Los Sixers poseen una selección que es top-6 protegida y que podría terminar en manos de Oklahoma City Thunder, quienes la obtuvieron a través de un intercambio previo. Si Philadelphia no asegura uno de los seis primeros lugares en el la loteria, perderá una valiosa oportunidad para reconstruir a través de un reclutamiento estelar en una camada liderada por talentos como Cooper Flagg. Esto añade una capa extra de presión sobre la dirigencia para competir en lugar de ceder a la tentación de un tanking estratégico.

Philadelphia enfrenta una encrucijada histórica: intentar salvar una temporada con un equipo diezmado o resignarse a un futuro incierto con su pick de Draft en juego. Con un Joel Embiid lejos de su mejor forma y un Paul George en declive, la franquicia parece necesitar más que suerte; necesita un líder a lo Allen Iverson que reescriba la narrativa, aunque las probabilidades y el calendario no estén de su lado.