Markieff Morris, el malo de la película que salió perdiendo
21:07 21/03/2022 | El mellizo se hizo el guapo contra Nikola Jokic en noviembre del año pasado y la terminó ligando feo, perdiéndose media temporada.
En la NBA ya no se dan las grescas de los 80 o 90 y ahora, cada vez que hay una escaramuza, se podrían simplicar con un nombre tipo "Agarrame que lo mato", pero lo que es trompadas, como las de Larry Bird contra Julius Erving o Bill Laimbeer contra xxx (llénelo con la larga lista de nombres contra los que se peleó Bill), ya no se consiguen.
Lo que sí pasa, de vez en cuando, es una falta violenta con reacción, que normalmente no llega a mayores. Nuestro buen amigo Nikola Jokic es un muchacho normalmente tranquilo, protestón como todo nacido en los países de la ex Yugoslavia, al que cada tanto se le sale la chaveta y muestra su peor versión, como ocurrió en los playoffs contra Phoenix, dándole una murra a Mikal Bridges que lo terminó poniendo cara a cara con Devin Booker.
Eso hizo que los rivales entendieran que una de las pocas opciones de parar al serbio es buscándolo, a ver si pica. El melliz Markieff Morris lo quiso probar a principios de temporada, cuando con Miami visitó Denver el 8 de noviembre. El partido estaba liquidado, con Denver ganando 111-94 y faltaban 2m41s. Jokic subió el balón tras un tapón y, en la media cancha, Morris le hizo una falta de muy mal gusto, golpeándolo en las costillas, cuando Nikola pasaba el balón.
El serbio se volvió loco y persiguió a Markieff, que quedó de espaldas a él, dándole un tremendo empellón con el antebrazo en la espalda, que lo tumbó al piso. Morris quedó allí tendido y no se levantó, tras intentarlo, evidentemente muy dolorido.
Algunos pensaban que estaba haciendo más show del real, para provocar una sanción mayor, pero la realidad fue que, tras ser expulsado Nikola y él irse de la cancha, Markieff fue sometido a estudios y tuvo que parar porque el golpe le afectó la columna y el cuello, a tal punto, que recién volvió a jugar la semana pasada, tras 4 meses ausente.
Morris ya había picado la situación en febrero, cuando al cumplirse los 30 partidos sin jugar, publicó en redes, "¡No es una mierda lo que pasó! ¡Es una lesión real! ¡Imagínate tener un muchacho gordo descuidado de 135 kilos corriendo a toda velocidad y haciendo contacto directo con tu columna! Volveré pronto como dije".
Ain’t shit wild about it! It’s a real injury! Imagine having a 300 pound sloppy fat boy run full speed and make direct contact with your spine! I’ll be back soon like I said. https://t.co/jMdySrLxuw
— Keef Morris (@Keefmorris) January 7, 2022
Morris fue muy duro cuando explicó por lo que pasó en estos meses: "“Durante las primeras dos semanas, casi no dormí debido a que eso me sucedió y no pude controlar la situación. Fue una de las primeras veces en mi vida que no pude controlar algo. Lo pasé. Me llevó un tiempo. Mi abuelo me llamó un montón de veces y me dijo que siguiera adelante. Y eso fue lo que hice". También dijo que Jokic nunca lo llamó y que no quería ni oir hablar de él.
Los Morris no se han caracterizado justamente por ser jugadores muy queridos en el ambiente. Han tenido problemas por faltas muy al límite de la mala intención (o directamente de mala intención). Recordar simplemente las de Markieff a Goran Dragic o a Cam Johnson, o las de Marcus a Ja Morant y su cruce directo con Luka Doncic. Esta vez, la taba cayó al revés y el malo fue el que perdió. Markieff, por trayectoria, quizá deba reflexionar, mirar para atrás y ver qué le quedó de lección tras todo esto.
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