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Un 22 de enero, pero de 2006, Los Angeles Lakers enfrentaban a Toronto Raptors en el Staples Center. En este juego de fase regular, Kobe Bryant tendría una cita con la historia, ya que le anotó a la franquicia canadiense 81 puntos, la segunda mayor marca anotadora de todos los tiempos, solo por detrás de los 100 de Wilt Chamberlain.

En ese día era la fecha de cumpleaños del abuelo del escolta, fallecido años antes. Además, fue la primera vez que su abuela fue a verlo jugar, por lo que le regaló un momento memorable. Ella nunca lo había visto porque se ponía muy nerviosa.

“Fue muy especial, ella siempre estuvo a mi lado. Era la más parecida a mí, siempre se preocupó mucho por mí y jugaba mucho con ella en el verano. Me ayudaba constantemente, incluso me pidió que me calmara en los partidos” comentó en una entrevista posterior Kobe.

Ocho jugadores de Toronto intentaron frenar a Bryant, siendo los Jalen Rose y Morris Peterson los que más lo intentaron, pero les anotó 18 y 17 unidades respectivamente.

La primera mitad fue un preámbulo, con 26 puntos, pero nadie imaginó lo que vendría en la segunda parte. 55 puntos para la estrella de los Lakers, que terminó haciendo historia de la grande y terminó dejando un legado.