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La NBA está repleta de historias y muchas de ellas no se conocen o toman relevancia con el paso del tiempo. Incluso, en ocasiones, los propios protagonistas deciden mantener una situación determinada en secreto y dejarla que vea la luz mucho después de que haya sucedido. Tal como sucedió con Perry Jones III.

Para los que no lo recuerdan, Perry Jones III fue elegido por Oklahoma City Thunder en la posición 28 del draft de 2012. Esta selección fue mencionada como el gran robo de esa edición. La franquicia estaba en un gran momento, venía de llegar a la final de la NBA y perder con Miami Heat por 4-1. Kevin Durant, James Harden y Russell Westbrook era el tridente determinante e imparable del equipo.

Las expectativas sobre el nuevo jugador eran grandes, importantes. El interno proveniente de la universidad de Baylor tuvo buenas actuaciones, su futuro era prometedor. Si bien el primer año jugó algunos partidos en el equipo de la G-League para sumar rodaje, tenía una alta consideración dentro del Thunder.

Pero todo cambió en su segunda temporada. El propio Jones estuvo en el podcast de Theo Pinson y le contó que estuvo a punto de morir. Así lo comentó Perry: “En mi segundo año, me puse muy mal. Enfermé hasta el punto en el que estuve cerca de morir”. Enseguida agregó: “Fui al dentista unas semanas antes de la Summer League. Me trataron y me dijeron que regresara otro día. La boca me dolía. Entonces, dos días más tarde voy al entrenamiento y me llevo un codazo. Dolió más de lo normal. Poco a poco podía abrir menos la boca. Días más tarde, recibí otro golpe. No podía abrir la boca, fui al dentista y después al hospital. Me hicieron unas pruebas y minutos más tarde me avisan que tienen que operarme de urgencia”.

Jones no podía entender qué le estaba sucediendo y así continuó con su relato: “Tenía un virus propagándose en mi cerebro, y luego me dio como mínimo una semana y media de vida. Probablemente sufrí un derrame cerebral fatal o algo así. Lo llamaron como si se estuviera propagando dentro de mis vías respiratorias hasta mi garganta, como a mi cerebro. Es por eso que no podía ni abrir la boca... Me desperté, mi madre lloraba, mis amigos lloraban...”. Para terminar, comentó: “Recuerdo estar sentado en la cama, mirando la televisión... 'Perry Jones no está aquí porque tiene dolor de muelas'. Empecé a llorar. Estaba en la cama del hospital luchando por mi vida”.

Por suerte para Perry, esa operación fue exitosa. Jugó dos temporadas más en el Thunder y en su equipo afiliado en la G-League, también jugó para Iowa Energy y Windy City Bulls. Jones siguió su carrera en Rusia, Alemania, Taipei, Taiwan, Puerto Rico Venezuela y ahora, en Arabia Saudí.