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Pese a la clasificación directa a los playoffs, la temporada de Denver Nuggets viene sumando disgusto tras disgusto. A las lesiones que le imposibilitaron de contar con una de sus principales estrellas, como Jamal Murray, se le sumó la de Michael Porter Jr, entre otros.

Al igual que en la temporada pasada, sufrió algunos bajones en el rendimiento a los cuales supo sobreponerse, pero en esta ocasión volvieron a aparecer y el sentimiento de frustración es notorio.

En los últimos tres encuentros, el último de la fase regular y los dos primeros de su llave de playoffs contra Golden State Warriors, dejaron al desnudo la crisis que afronta el equipo que dirige Michael Malone.

En el duelo ante los Lakers, con posiciones ya definidas para ambos, Facundo Campazzo cometió una falta con un exceso de agresividad y fue expulsado del encuentro. No solo eso, además fue suspendido por un partido, con lo cual no pudo estar disponible para el primer cruce de playoffs.

En ambos partidos de los playoffs contra Golden State Warriors, se vivieron situaciones similares. Denver jugó de igual a igual durante el primer cuarto y el arranque del segundo período, pero el equipo dirigido por Steve Kerr fue contundente, letal, determinante y logró imponer su ritmo de juego y con la jerarquía de sus individualidades, fue categórico.

En ambos encuentros, Denver sufrió expulsiones: en el primer juego, DeMarcus Cousins fue rápidamente sacado del encuentro por acumulación de faltas técnicas. Situación similar a la que vivió su principal estrella, Nikola Jokic, en el segundo duelo, quien no pudo terminar el partido.

Pero no quedó todo ahí. En el encuentro más reciente, Monte Morris también terminó con un técnico y, encima, pudo verse un tenso cruce entre Cousins y Will Barton, que forcejearon en el banco de suplentes y se vivió una situación caótica que por poco no pasó a mayores.