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Los Brooklyn Nets han iniciado una profunda transformación de su plantilla, alejándose completamente del exitoso proyecto que contó con figuras como Kevin Durant y Kyrie Irving. En esta nueva temporada, bajo la dirección del primer entrenador español de la NBA, Jordi Fernández, el equipo se enfrenta a un camino lleno de desafíos. Sin la presencia de su mejor jugador, Mikal Bridges, quien fue canjeado a los Knicks, los Nets han colocado su atención en el futuro, centrándose en acumular activos para la reconstrucción.

La campaña pasada terminó con un decepcionante récord de 32 victorias y 50 derrotas, lo que dejó a Brooklyn fuera de la contienda por los playoffs. Las estadísticas no favorecen a los Nets, que ocuparon el puesto 23 en ofensiva y el 20 en defensa, lo que resalta la necesidad de un cambio radical. Con la llegada de nuevos jugadores como Bojan Bogdanović y Shake Milton, y la esperanza de un desarrollo continuo en talentos jóvenes como Cam Thomas y Noah Clowney, Brooklyn busca redefinir su identidad en la liga.

El gran interrogante que rodea al equipo es la situación de Ben Simmons, quien, tras varias lesiones, ha visto su rendimiento caer en picada. Este será un año crucial para Simmons, ya que se encuentra en el último año de su contrato máximo. Los Nets necesitan respuestas sobre si el jugador puede recuperar su forma y aportar al equipo, o si su futuro estará lejos de Brooklyn. Esta incertidumbre se suma a la presión de desarrollar otros talentos que podrían convertirse en pilares del nuevo proyecto.

Las expectativas son claras: los Nets tienen como objetivo estar en la conversación por el primer puesto en el próximo draft, donde figuras como Cooper Flagg y Ace Bailey podrían estar disponibles. Este enfoque en el draft refleja la intención del equipo de reestructurarse mediante la adquisición de jugadores jóvenes y talentosos que puedan liderar la franquicia en el futuro. La gestión actual ha demostrado que están dispuestos a aceptar un año difícil con la esperanza de cosechar frutos a largo plazo.

Con el inicio de la temporada a la vista, la afición de Brooklyn debe prepararse para una fase de reconstrucción. Sin embargo, el liderazgo de Fernández, junto con la evolución de sus jugadores jóvenes, podría ofrecer destellos de optimismo en un equipo que busca recuperar su lugar en la élite de la NBA. Aunque el camino hacia la relevancia será complicado, los Nets parecen estar enfocados en construir un nuevo futuro y en encontrar la dirección correcta para su franquicia.