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Nikos Galis

Antes de la llegada de Giannis Antetokounmpo a los primeros planos del básquet mundial, hubo un griego que marcó historia en el deporte europeo. Su nombre completo es Nikolaos Georgalis, nacido en Nueva Jersey en 1957. Hijo de una familia humilde de emigrantes que buscaron en EE UU un futuro mejor, buscó hacer una carrera en el cuadrilátero, pero finalmente se decidió por la naranja y le fue más que bien. Fue elegido como mejor jugador de Europa en 1987, cuando lideró a la selección griega al oro en el Eurobasket de Atenas. Además, llevó tres veces seguidas al Aris de Salónica a la Final Four, y batió todos los registros anotadores, con promedios superiores a los 30 puntos en los Eurobasket y la Copa de Europa. Una lesión le impidió firmar con Boston Celtics en 1979 y luego rechazó ofertas porque no quería renunciar a la selección para jugar en la NBA.

Oscar Schmidt

La leyenda brasileña tuvo una carrera brillante en Europa, donde dejó su huella en Italia y en España. El mejor tirador de la historia del baloncesto FIBA para muchos, jugó hasta los 45 años para cerrar su carrera con 49.737 puntos y batió el récord de Kareem Abdul-Jabbar. El máximo anotador de la historia de este deporte, era un alero de 2,04 con una mecánica casi infalible en el triple, lidera la tabla histórica de la ACB 93-94 con 33,2 puntos de promedio. En 1984, los Nets lo eligieron en el Draft de la NBA y le ofrecieron un contrato garantizado, no aceptó para no renunciar a jugar con Brasil, ya que los profesionales no podían ir entonces con su selección, tal como sucedió con Galis.

Clifford Luyk

El estadounidense nacionalizado español fue el jugador más importante de la historia del Real Madrid. En 16 temporadas (1962-78) nadie ganó más que él: 6 Copas de Europa, 3 Intercontinentales, 14 Ligas y 10 Copas (más 2 Ligas, una Copa y una Recopa como primer entrenador). Fue clave para acabar con la hegemonía soviética de clubes, además de haber conseguido la plata en el Eurobasket de 1973 con la selección española. Luyk, proveniente de la Universidad de Florida, jugó un gran partido de pretemporada con New York Knicks, y Pedro Ferrándiz convenció al presidente del equipo neoyorquino, Ned Irish, de que sería perfecto para todos que pasara un año en Madrid, y desde ese momento nunca regresó a Estados Unidos.

Dino Meneghin

Probablemente el mejor basquetbolista italiano de la historia. El pivote era un competidor feroz bajo el aro, y durante casi 30 años dominó la zona pintada en el básquet europeo. Debutó con 16 años y jugó 836 partidos en la Serie A, anotando 8.560 puntos. Con el Varese en los 70 disputó diez finales de la Copa de Europa consecutivas, de las cuales ganó cinco, y luego obtuvo dos trofeos más con el Olimpia Milano en 1987 y 1988. Fue elegido mejor jugador de Europa en 1980 y 1983 y ganó la medalla de oro con Italia en el Eurobasket 83. Antes de retirarse, pudo cumplir su sueño de enfrentarse con su hijo, Andrea Meneghin en la liga italiana. Si bien nunca llegó a la NBA, fue el segundo jugador de una liga europea en ser drafteado, fue en 1970 por Atlanta Hawks.

Sergio Llull

El base es uno de los pocos casos de jugadores que fueron elegidos MVP de la Euroliga, y no llegaron a la liga estadounidense, al igual que Theodoros Papaloukas, Ramunas Siskauskas y Dimitris Diamantidis. “Mi sueño no era jugar en la NBA, sino en el Real Madrid”, contó el jugador de 35 años en julio de 2015 después de rechazar una oferta que rondaba los 20 millones de dólares por tres temporadas para jugar en Houston Rockets. En cambio, decidió renovar en ese momento con Real Madrid hasta 2021. Un jugador de una gran inteligencia que se metió en la historia del club blanco y del baloncesto español. Ganador de tres Eurobasket (2009, 2011 y 2015), además del Mundial 2019 y dos medallas de bronce en los Juegos Olímpicos. Con el Merengue, ganó 7 Ligas ACB, dos Euroligas, 6 Copas del Rey y 8 Supercopas. Un ganador nato.