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La esperanza de una victoria contundente se esfumó rápidamente para la selección argentina de básquetbol, que cayó por un ajustado 76 a 75 ante Italia en un emocionante partido disputado en el estadio Olímpico de Atenas. Esta derrota dejó a Argentina en el tercer lugar del grupo A de los Juegos Olímpicos, obligándola a enfrentar al anfitrión, Grecia, en los cuartos de final. Un desafío que no solo será deportivo, sino también emocional, ante la presión de una afición local que se espera sea implacable.

El partido arrancó de manera inmejorable para los dirigidos por Rubén Magnano. Argentina, con un inicio avasallador, logró imponer su ritmo y rápidamente sacó una ventaja de 11 puntos, poniendo el marcador 21-10 tras un parcial de 15-0. La defensa italiana no encontraba la manera de detener a Emanuel Ginóbili, quien, con su velocidad y creatividad, desarmaba cualquier intento de resistencia. A su lado, Luis Scola se mostraba imparable en la pintura, aportando puntos clave y sosteniendo al equipo.

Sin embargo, el entrenador italiano Carlo Recalcati ajustó su defensa, cambiando de una marcación personal a una zona combinada que comenzó a causar estragos en la ofensiva albiceleste. Argentina, que había mostrado solvencia en sus tiros exteriores, comenzó a errar desde la línea de tres puntos, finalizando con un preocupante 6 de 19 en triples. La fluidez en el ataque se perdió, y las opciones de tiro comenzaron a ser forzadas. A medida que Italia fue cerrando la brecha en el marcador, la presión aumentaba, y los nervios comenzaron a hacer mella en los argentinos.

La segunda mitad del encuentro fue una constante lucha por el control del partido. Italia, liderada por un inspiradísimo Gianluca Basile y el base Massimo Bulleri, comenzó a dominar el ritmo de juego. A falta de cinco minutos para el final, Italia se puso adelante en el marcador, logrando una ventaja de ocho puntos que parecía definitiva. Sin embargo, la garra y el corazón de los jugadores argentinos se hicieron presentes una vez más. Con Emanuel Ginóbili como abanderado, Argentina recortó la diferencia mediante robos y rápidas transiciones. A falta de menos de 20 segundos para el final, un par de tiros libres de Carlos Delfino pusieron a Argentina arriba por un punto, encendiendo la esperanza de una victoria agónica.

Pero la suerte estaba echada. En la jugada siguiente, Italia movió el balón con rapidez, encontrando a Bulleri, quien se lanzó hacia el aro y provocó una falta de Ginóbili a solo 3.9 segundos del final. Con una frialdad de acero, Bulleri encestó ambos tiros libres, dejando a Italia con una ventaja de 76-75. Argentina aún tuvo una última oportunidad, pero el lanzamiento desesperado de Delfino desde la media distancia no encontró destino, y la bocina final decretó la victoria italiana.

Con este resultado, Argentina se prepara para enfrentar a Grecia en los cuartos de final. El conjunto heleno, que ha contado con un gran apoyo de su afición en cada partido, promete ser un rival complicado no solo por su talento en la cancha sino también por el ambiente que se vivirá en el estadio. El equipo griego, liderado por jugadores como Theo Papaloukas y Antonis Fotsis, ha mostrado una gran solidez en la fase de grupos, y su público se ha convertido en el sexto hombre, presionando constantemente a los árbitros y a los equipos rivales.

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