Informe

La noche que hundió a Daryl Morey cuando Houston erró 27 triples seguidos

15:36 31/10/2020 | El 28 de mayo de 2018 fue el Día D en la carrera del directivo y también de los Rockets, perdiendo ante los Warriors su chance de llegar a la final.

Curry festeja al lago de un decepcionado Harden (Foto Getty)

Nadie estuvo más cerca que ellos ese día en el Oeste en los últimos 6 años. Nadie pudo haber eliminado a Golden State Warriors en esa Conferencia más que Houston Rockets ese lunes 28 de mayo del 2018. Estado de situación: estadio Toyota Center de Houston, 8 de la noche. Final del Oeste, séptimo partido. Serie 3-3. El ganador iría ante Cleveland en la final del torneo. 

Los Rockets, cuyo cerebro desde las oficinas era Darryl Morey, habían desperdiciado su primer partido para ganar la serie dos días antes, en cancha de GSW, perdiendo claramente 115-86. Pero no les había importado demasiado. Definir el séptimo en casa era una oportunidad única. Sin embargo, sin Chris Paul, lesionado en el quinto juego, no iba a ser tan fácil. 

Houston ya venía manejando desde un tiempo atrás las novedosas analíticas de Morey en relación a la importancia de anotar y tirar muchos triples, y había encontrado en Mike D'Antoni su gestor ideal y a varios jugadores justos para eso: James Harden primero, pero también Eric Gordon, Trevor Ariza y PJ Tucker. 

El comienzo fue inmejorable. Houston sacó 14 de ventaja a los 5 minutos del segundo cuarto (42-28), con una bomba de Gordon, la sexta de Houston en 14 intentos. Nada podía ir mal. ¿O sí? Lo que pasó de ahí en más es difícil de explicar. James Harden, por ejemplo, falló 7 triples (todos los que tiró), en los 7 minutos restantes del cuarto. Gordon otros 2 y Tucker 1. Sin embargo, mantuvieron la diferencia en un buen número y se fueron al descanso arriba por 11, 54-43. Había sido solo una mala racha de 10 triples fallados. 

Al retorno, la cosa fue a peor. Harden erró 3 más, Gordon 3, Tucker 1, Gerald Green 1 y Trevor Ariza, que no había lanzado hasta ahí, tiró 0/5 solo en el tercer cuarto. Los 13 triples tirados por Houston en el fatídico tercer período, afuera. Ya no hubo forma de mantener la ventaja con esos porcentajes y, restando 4m29s, una bomba de Durant empató en 61, y otra inmediata después de Curry los puso al frente 64-61. En 3 minutos, los Warriors metieron un parcial de 14-2 y se fueron 9 arriba (72-63). 

Nadie podía creer lo que estaba pasando, pero Houston siguió intentando revertir su mala puntería. Pero solo la agravó. En el inicio del cuarto período, Harden falló su 11º triple consecutivo, Gordon otros 2 y Ariza su sexto, para totalizar una racha de 27 triples fallados en forma consecutiva. A 6m28s del final del juego, ya con Golden 13 arriba (89-76), se cortó la racha con un tiro de Tucker, que achicó la diferencia a 10, pero ya estaban totalmente liquidados de la cabeza. 

Nunca pudieron bajar la distancia a menos de siete puntos y terminaron perdiendo 101-92, desperdiciando la chance de ganar el anillo, ya que esos Cavs no eran un rival de fuste para cualquiera que viniera del Oeste. De hecho, los Warriors los barrieron 4-0 y se coronaron bicampeones de la NBA. Houston intentó reinventarse, pero falló de nuevo ante los Warriors (2-4 en segunda ronda), y este año, con su famoso small ball (también idea de Morey), fracasó en la burbuja de Orlando ante los Lakers. Morey se despidió de la franquicia sin pena ni gloria, pero menos de una semana después ya tenía nuevo trabajo como presidente de los Sixers. Su única misión: ganar un anillo que borre del mapa aquel 28 de mayo.

 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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