Basquetplus.com

Facu Campazzo logró su segundo MVP de la Copa del Rey luego del 2020, pero también hubo un argetntino pionero de este premio, y fue uno de sus tantos maestros en la posición. Pablo Prigioni fue el líder junto a Luís Scola de varios de los mejores años que tuvo el Tau Cerámica a nivel español y europeo. En la Copa del Rey 2006, jugada en Madrid, el base logró el hito que confirmó su importancia en la competencia y que dio una muestra de lo que el cordobés daba al equipo.

El argentino tuvo promedios de 6 puntos, 1.7 rebotes, 9.7 asistencias y 4.3 robos a lo largo de los tres partidos, pero en la final destapó todo su juego, para vencer a Pamesa Valencia por 85 a 80 y levantar la copa de mitad de temporada española. Allí, el base aportó 3 puntos, pero se despachó con 15 asistencias, estableciendo el récord de la competencia.

“Hace unos años un entrenador me dijo que un jugador podía ser el mejor en la pista sin anotar un punto” comentó Prigioni en la conferencia de prensa posterior. A la vez, marcó qué era lo más importante para él a la hora de jugar: “Yo tengo que intentar que mis compañeros jueguen bien, recuperar balones y jugar duro. Creo que no me he equivocado y los que me han elegido creo que lo han visto. Aunque no me hubieran dado el MVP, hubiera seguido jugando igual”.

Un premio al sacrificio, al trabajo sucio, a la conducción. Todo eso fue Pablo Prigioni en esa final y reivindicó a todos aquellos que no juegan para la estadística y no salen en la foto al no convertir puntos.