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El básquet es un deporte que incluye, y también el arbitraje es parte de ello. Por eso la historia de Baltazar en Bahía Blanca es única y deja una enorme enseñanza.

Su familia está ligada a Pueyrredón de la Capital del Básquet, donde su hermano juega en inferiores, su mamá en maxi básquet y su papá es entrenador. “Él tiene un síndrome genético en estudio. Se encontraron dos variantes genéticas que cuando las volcaron en la base de datos mundial no hay nadie ahí con esta variabilidad. Es único en el mundo, por así decirlo” contó Paula, su mamá en Telefé Bahía Blanca.

Y agregó: “Compartimos mucho tiempo en el club, el entorno colabora mucho. Cuando vamos a los partidos se genera algo lindo, pero yo siempre digo que lo genera él”.

Alan, su papá, charló con Básquet Plus contó que lo del arbitraje viene “no sabemos cómo es que le salió, si te podemos decir que su primer silbato se lo regaló David Pineda, jugador del club y entrenador de Valientes, el equipo de la maxi liga femenina que representa al club. Es el acompañante de Balti y es un referente más en su vida”.

Y desde que llegó ese regalo no paró: “De a poco se fue yendo hacia el lado de los árbitros, que además recibió mucho afecto de ellos y lo sumaron como si fuera uno más de ellos”. Y otro regalo lo hizo meterse aún más: “Una mamá de U15, Wendy, le mandó a hcer una remera de mini árbitro con el logo y todo del colegio de árbitro. Cada sábado y domingo está ahí con su remera y su silbato listo para dirigir”.

La felicidad de Balti es la de sus padres, como expresó Alan: “Como padres estamos felices de lo que está viviendo. Él con su discapacidad con significa que sea diferente al resto, pero si el único”. Y cerraron con un mensaje para la sociedad: “Ojalá que esta inclusión sea un lindo mensaje para todos, no solo para los clubes, sino para toda la sociedad, donde hay mucha discriminación, pero también hay gente buena como la que rodea a Baltazar”.