Basquetplus.com

Entrenamientos sin luz en gimnasios vacíos. Siestas en el auto para mantenerse cerca del estadio. Horas y horas de práctica luego de partidos desgastantes. Las historias sobre la inquebrantable ética de trabajo de Kobe Bryant componen un manual imposible de ignorar para cualquier jugador que quiera triunfar en la NBA. ¿Lo mejor de esto? Que, con el paso de los años, siempre surge un nuevo capítulo de esa novela de autosuperación. La más reciente de todas tuvo a Dwyane Wade como narrador y a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 como escenario.

El relato se dio en una entrevista que J.J. Redick le hizo al exescolta del Mami Heat en su podcast este lunes. En ella, el MVP de las Finales de 2006 confesó que una actitud de Bryant durante la cita internacional lo marcó para siempre: "Habíamos ido a entrenar por la noche con el grupo de siempre. Eramos él, Carmelo Anthony, LeBron James y yo. Cuando terminamos de practicar, dijimos que nos veríamos en el desayuno. Era muy tarde, así que habremos dormido tres horas. Nos despertamos y, cuando llegamos, estaba Kobe en el comedor. Todavía vestía la ropa del día anterior y tenía hielo en sus rodillas. Le preguntamos y nos dijo que recién había terminado un entrenamiento y estaba por ir a completar otro".

Wade afirmó que ese nivel de exigencia por parte de uno de sus máximos ídolos le hizo pensar en que debía esforzarse aún más para evolucionar: "Me dije a mí mismo que tenía que repensarlo todo. Esa era la clase de persona que era Kobe y así fue como me marcó", sentenció. Además, agregó que la trágica muerte de la Mamba Negra en aquel accidente de helicóptero ocurrido en enero de este año lo privó de uno de sus mayores deseos: "No poder ser dos viejos que presencian los partidos entre Lakers y el Heat, no tener esa oportunidad te hace sentir perdido".