Basquetplus.com

Si bien son varios los seleccionados que han modificado su plantel para esta AmeriCup, dándole mayor lugar a los jóvenes, nadie lo ha hecho al nivel de Brasil: de los 12 elegidos para el torneo, ninguno estuvo en Río 2016. Una renovación total, con cambio de entrenador (Guidetti por Magnano) y de jugadores.

¿Por quiénes apostaron los brasileros? Básicamente por un grupo con dos factores determinantes: la juventud (siete de 24 años o menos) y la altura (siete de más de 2 metros). En ese contexto, se dará el debut en la selección mayor de Bruno Caboclo, alero de los Toronto Raptors, y también de Georginho, base que está buscando un lugar en el roster final de los Houston Rockets.

Si bien los pocos veteranos del equipo (JP Batista, Rafael Mineiro, Fulvio) tendrán su protagonismo relevante, la apuesta táctica de Guidetti se centra fuertemente en las características de jugadores versátiles como Lucas Dias, Leo Meindl o en menor medida, el propio Caboclo (quien no solo parece estar aún verde para la NBA, sino también para el básquet FIBA).

Al menos durante buena parte de los partidos de preparación, Brasil apostó por una formación de gran estatura, usando a un tres como Meindl (2 metros) de dos y a un 3/4 como Dias (2,07) de alero. Esto los ayuda a generar mismatches y tratar de explotar estas ventajas de estatura cerca del aro. Si a esto le agregamos la potencia en el poste bajo de referencias como Batista o Mariano, nos encontramos con un planteo muy relacionado al dominio físico y a la lucha dentro de la zona pintada.

En contraste, está claro que esta estrategia no deja de ser un arma de doble filo. Lo que consiguen por un lado con la altura, lo pierden en términos de velocidad, creación y fluidez. Brasil va a depender demasiado de lo que puedan generar sus bases (sobre todo Fulvio) y de que sus pocos tiradores perimetrales (Danilo Siqueira y Jimmy) sepan crear espacios con su movimiento sin pelota. El resto depende de un básquet más posicional y fijo. A su vez, habrá que estar atento al retroceso defensivo de un conjunto que si bien tiene piernas frescas, puede sufrir ante rivales más pequeños y ágiles.

Con todo esto en mente, Brasil encara el Grupo A con muchas incógnitas. Es cierto que parte de este plantel consiguió un valioso segundo puesto en el Sudamericano 2016, pero a la vez, tendrá en frente desafíos duros como México, el local Colombia o el siempre peligroso Puerto Rico. El panorama está abierto y lejos de las garantías de otros años, los de Guidetti empezarán a recorrer un nuevo camino, tan inevitable como cargado de incertidumbre.

La selección