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En la NBA, todos hablan de un jugador en particular. Su impacto en el funcionamiento del equipo en el que juega es vital, al punto de que no se entenderían los buenos resultados que han conseguido desde la reanudación sin tener en cuenta su presencia. No es LeBron James ni Anthony Davis. Tampoco James Harden o Giannis Antetokounmpo. Se trata de T.J. Warren, la sensación de los Indiana Pacers que lograron tres triunfos consecutivos.

El alero ha tenido tres partidos para el recuerdo. Primero, anotó 53 puntos en la victoria ante Philadelphia 76ers y estableció la máxima de su carrera. Luego, le marcó 34 a los Washington Wizards para sellar el festejo y ayer se destacó con 32 frente a Orlando Magic. En lo que va de su participación en la reactivación, promedia 39,7 tantos por encuentro con porcentajes de acierto inusuales: 65,3% en tiros de campo y 60,9% en triples.

Con su equipo invicto y la revolución que ha supuesto su nivel, han surgido aspectos de su pasado que revalorizan aún más lo que ha hecho en estas tres apariciones. La más curiosa de todas tiene que ver con su llegada a los Pacers: en el mercado de 2019, los Phoenix Suns lo traspasaron a cambio de dinero para ensanchar su espacio salarial. Una decisión más que polémica que comenzó a criticarse duramente mucho antes de estas demostraciones de talento por parte de Warren. En lo que va de la campaña 2019/20, registra medias de 19,7 puntos, 4 recobres, 1,5 pases gol, 1,2 robos y una efectividad del 53,9% en lanzamientos de campo, del 40,1% en triples y del 81,8% en libres.

Surgido de la Universidad de North Carolina State, su evolución en la franquicia de Arizona fue constante. Sin embargo, jamás recibió el reconocimiento que merecía. Ahora, a base de actuaciones consagratorias y un peso ofensivo inobjetable en uno de los equipos más sólidos de la Conferencia Este, el mundo de la NBA ha posado sus ojos en él. Pero, aunque muchos piensen que lo ocurrido dentro de la burbuja es algo inesperado, la realidad es que Warren ha dado el salto hacia ese nivel hace bastante tiempo.