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San Lorenzo (récord 40-16) dominó la Sur y Regatas (récord 34-22) superó al 1º y 2º de la Conferencia Norte, nada menos.

La final será atractiva. Tiene jugadores que aportan al espectáculo, que saben jugar y que ofrecen herramientas para que el público se acerque a las canchas. 

Cuando a lo largo del año el equipo estuvo en plenitud física y descansado, marcó diferencias con el resto. Se sienten cómodos sus intérpretes en ese modo y es del lado de Regatas entiendo, la llave más importante a controlar: el contraataque y la transición de San Lorenzo.

Seteado es un equipo con recursos, tanto para el bloqueo directo central, especialmente con Penka Aguirre o Safar y Scala, como para el uso de pantallas indirectas vía Mata, Safar, Pérez y también en el poste bajo con Meyinsse, mucho Sandes por su gran visión y Deck. 

En todas las ofensivas de ataque fijo direccionan el juego y a partir de allí, ocupan bien los espacios y castigan una mala ayuda o rotación con circulación de balón. En eso tuvo momentos de alto nivel. 

El ataque estacionado es de lo mejor del torneo, por cómo se posiciona el equipo, los jugadores que vinculan al rol y los que vinculan a la creatividad. El pick and roll central es una herramienta letal, con Quinteros y Sims (lanzamientos, caídas, pase extra). Es, pienso, también una llave de la cual San Lorenzo tomará más recaudos. Anotan 37 puntos entre ambos y ofrecen 7,5 asistencias y desde allí juegan todos. La ejecución es artesanal.