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Scottie Pippen, el complemento perfecto de Michael Jordan

16:26 21/04/2020 | En la secundaria jugaba de base y medía 1,85 metros. Pegó un estiró y en cuestión de meses pasó a medir 1,95. Conocé la historia de Pippen.

Pippen en Bulls (Foto: NBA)

Ninguna universidad le ofreció una beca deportiva. Era utilero en un equipo de NAIA. Pasó de medir 1,85 a 2,03 metros. Fue pick cinco, ganó seis anillos y actualmente está en el Salón de la Fama. No, no es una película. Es la vida y obra de Scottie Pippen, uno de los jugadores más ganadores en la historia de la NBA.  

Scottie nació un 25 de septiembre de 1965, en Hamburg, Arkansas. ¡Era el más chico de 12 hermanos! Sus papás eran Ethel y Preston Pippen. Su padre tenía una estatura normal (1,85), pero su mamá medía 1,80. De igual manera nadie vaticinaba que el 33 crecería tanto.  

Los papás de Scottie eran humildes y cuando él era pequeño no tuvo ninguna comodidad. Sus progenitores eran dos sobrevivientes a los que les costaba llegar a fin de mes, pero jamás les faltó un plato de comida ni a Pippen ni a sus hermanos. Preston trabajaba en una papelera del lugar y su ingreso era el único de la familia.  

Pero un día, cuando Scottie tenía 11 años aproximadamente, este señor sufrió un derrame cerebral y quedó paralizado de por vida. A partir de ese momento todos tuvieron que dar un paso al frente y empezar a ayudar. Por si esto fuera poco, seis años antes otro hermano de Scottie había quedado parapléjico luego de sufrir un accidente en su escuela.

Un comienzo truncado

Mientras todo esto ocurría, el 33 empezaba a conocer el básquet en el patio de la casa de su abuela, donde había un aro en el garaje, en medio de la tierra. Allí jugaba todo el día y no lo frenaban ni las lluvias ni las tormentas. Era su santuario.  

Su ídolo era Julius Erving. Quería jugar como él y ser como él en todos los aspectos del básquet. Pero al comienzo no tenía esos imponentes dos metros. Bah... ¡ni siquiera jugaba de alero! En su equipo de secundaria, Hamburg High School, era base y medía menos de 1,80. 

Nada de eso le impidió ser un atleta destacado y en su último año de secundaria lideró a Hamburg High School hacia los playoffs del campeonato estatal. También fue elegido como uno de los más destacados de su conferencia. 

Sin embargo, no captó la atención de muchos reclutadores y no recibió ninguna beca deportiva al salir de su etapa colegial. El panorama no pintaba del todo claro para Scottie, quien jugaba bien pero no lograba destacarse por encima de la media.

Milagros inesperados 

En medio de todo eso apareció Central Arkansas University, una institución de la zona que recibió a Pippen con los brazos abiertos. Pero no lo becaron, ¡ni siquiera era jugador del equipo! Era el utilero y diariamente le dejaban entrenar con la plantilla de básquet. Tenía 18 años, jugaba de base, medía 1,85 y no sabía tirar a distancia. Muchos de ustedes seguro se preguntarán cómo hizo el bueno de Scottie para llegar a la NBA. 

Todo empezó cuando el destino empezó a repartir las cartas de la vida a su favor. Algunos de los jugadores del equipo se fueron y Scottie fue tan insistente que finalmente convenció al entrenador que le diera una chance. Finalmente fue becado por Central Arkansas y allí comenzó su propio cuento de hadas. 

Al terminar ese año dejó buenas sensaciones, pero su altura lo limitaba mucho. Es precisamente en ese momento en el que ocurrió un verdadero milagro. Ese veranó se mató entrenando en la cancha y en el gimnasio, y pegó un estirón que le permitió pasar de los 1,85 a los 1,95 metros en cuestión de meses.  

En la cancha era un verdadero todo terreno que podía hacer prácticamente lo que le pidan Jugaba de base con casi 2 metros, mejoró su lanzamiento exterior y empezó a explotar su potencia física. A pesar de que equipo estaba en NAIA (un torneo paralelo a la NCAA) cautivó a muchos reclutadores de todo el país.  

Eventualmente llegó a los 2,03 metros y terminó su etapa universitaria promediando 23.6 puntos, 10.0 rebotes y 4.3 asistencias. También ganó el premio All-American del año en 1987 y era considerado el mejor jugador de toda la NAIA por escándalo. Obviamente que después de esa temporada la NBA también ya lo tenía en la mira.

La NBA lo quería

Y dentro de todo ese cardumen había un gerente general de la NBA que quería como sea. Era de Chicago Bulls y se llamaba Jerry Krause. Cuando lo vio jugar dijo: "Dios mío, este va a ser un jugador espectacular". En el Draft de 1987 hicieron todo por conseguirlo y, luego de llegar a un acuerdo la noche anterior, lograron adquirir a Scottie mediante un traspaso en el que los Sonics (que lo había seleccionado en la quinta posición) recibieron a Olden Polynice y futuras rondas de draft.  

En 1987 ya medía 2,08 y tenía una envergadura monumental que le permitía defender con creces en cualquier posición. Debutó en la NBA el 7 de noviembre de ese año, en donde Bulls se enfrentó a Sixers. Terminó el partido con 10 puntos, dos robos y cuatro asistencias en 23 minutos. 

Con Jordan como mentor, Scottie desarrolló una dimensión completamente nueva de su juego. En las prácticas jugaban siempre partidos de uno contra uno y se probaban constantemente. Tal era la confianza de Scottie que en su año rookie llegó a decir que quería ser más grande que MJ, lo que le valió ser objeto de bullying de todos los jugadores más grandes, especialmente de Charles Oakley 

Poco a poco Pippen fue ganándose el respeto del 23 y también la del cuerpo técnico. Esto le permitió firmar en 1991 un contrato que para la época era inmenso: 7 años y 18 millones de dólares... Era grande para ese periplo, pero pronto quedaría desactualizado. 

¿Por qué? Luego de transcurrir sus cuatro primeros años con un sueldo rookie, a Pippen le llegó la hora de renegociar su actual acuerdo antes de la 1991/92. La oferta de Chicago era de 7 años y 18 millones de dólares. 

Parecía una oferta buena, pero desde el dueño de la franquicia hasta sus propios conocidos le dijeron que era un contrato de muy larga duración. No obstante, Scottie quería asegurarse su futuro y cuidar de los suyos ante una eventual lesión o ante cualquier otro contratiempo. 

En la 1991/92, Pippen empezó a ganar 2.8 millones y era el vigésimosexto mejor jugador pago de toda la NBA. Ese monto estaba cerca de los 3.2 millones que ganaba Michael Jordan, la figura por antonomasia del equipo Era un acuerdo correcto, pero con el paso del tiempo fue quedando totalmente desactualizado y, en la 1997/98, lo convirtió en el sexto jugador que más cobraba en el equipo. Además, estaba rankeado en el puesto 122 de la liga en general. 

Volviendo a las canchas, Pippen emergió como la segunda estrella de Bulls en la 1990/91 y junto a Michael se las arreglaron para llegar a las finales, en donde liquidaron a Los Angeles Lakers (4-1) para ganar su primer anillo en la NBA. Scottie fue el segundo mejor del equipo en puntos por juego (17.8) y en robos (2.4), y el más destacado en tapas (1.1) y asistencias (6.2). También fue incluido en el segundo mejor quinteto defensivo de la temporada. 

Fue un escudero ideal y juntos consiguieron dos campeonatos más en 1992 y 1993. A su vez, en 1992 fue seleccionado para el Dream Team que ganó el oro en los Olímpicos de 1992. Él y MJ fueron los primeros de la historia en ganar un título NBA y una medalla de oro en el mismo año. 

La prueba de fuego

En la previa de la temporada 1993/94 Jordan se retiró debido a sucesos extradeportivos y Scottie debió hacerse cargo del equipo. Cumplió de buena manera el rol y terminó la temporada tercero en la votación al MVP. Pero en el camino se peleó con Phil Jackson y debió aprender mucho. El accidente ocurrió en las semifinales de conferencia de 1994 Bulls jugaba contra Knicks y el partido estaba empatado (102-102). Phil diseñó una jugada para el novato Kukoc, y Scottie no estuvo para nada de acuerdo. Decidió no levantarse del banco y mirar el final desde afuera. 

Eventualmente Chicago perdió la serie contra Knicks y en ese preciso momento la relación entre Pippen y Krause comenzó a fragmentarse Jerry lo quería enviar a Seattle a cambio de Shawn Kemp para que Kukoc pueda ganar más protagonismo.  

Por fortuna, el traspaso no ocurrió y Scottie permaneció en el equipo. Jordan anunció su vuelta a mediados de la 1994/95 y Pippen recuperó a su viejo compañero de batalla. A partir de 1995/96 las cosas comenzaron a jugar a favor de Chicago nuevamente. A ellos se unió Rodman y, a pesar de todo pronóstico lograron el segundo mejor récord de la historia (72 victorias y diez derrotas) Se coronaron campeones y lograron su cuarto título en la NBA. 

La temporada siguiente (1996/97) los Bulls arrancaron como un huracán, con un récord de 17-1 en los primeros 18 juegos Pippen y Jordan fueron elegidos dentro de los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA y volvieron a repetir anillo, esta vez venciendo a Utah.  

¿Se acuerdan del contrato que Scottie firmó en 1991? Sería una de las razones principales de tantos problemas en la 1997/98 En conflicto con Krause, Scottie esperó hasta que empiece la regular de 1997 para operarse una lesión en el pie. De haberlo deseado, Scottie pudo haberse hecho la operación al terminar la 1996/97 para recuperarse en la pretemporada del 97 y llegar a pleno a la regular, pero no lo hizo. Incluso, Jordan confiesa en The Last Dance que en ese momento lo consideró sumamente egoísta. 

Eventualmente se recuperó y los Bulls pudieron celebrar su última danza con un anillo, venciendo de manera agónica a Utah Jazz, que otra vez se había quedado a un escalón de subir al techo de la gloria.  

Una nueva vida

Luego de ese título, Pippen dejó la ciudad del viento y se sumó a Houston Rockets, en donde pasó a ser el décimo jugador mejor pagado de la 1998/99. Allí se mantuvo hasta 1999, y luego fue canjeado a Portland. Un tiempo después, más precisamente en 2003, John Paxson, quien era gerente de Bulls, lo repatrió.  

Chicago firmó de nuevo a uno de sus discípulos bajo un contrato de dos años y diez millones Scottie asumió el rol de veterano, pero las constantes lesiones no le permitieron rendir de manera óptima y los Bulls terminaron el año con un récord de 23 triunfos y 59 derrotas. Scottie jugó su último partido en la NBA el dos de febrero de 2004, ante SuperSonics. Anotó dos puntos, repartió tres asistencias y capturó un rebote. Fue la primera vez en su carrera que se perdió los playoffs. Así de acostumbrado estaba a ganar. 

Chicago Bulls retiró su camiseta el nueve de diciembre de 2005, en una ceremonia en la que se volvieron a reunir Jackson, RodmanJordan y Grant. Su jersey colgaría en lo más alto del estadio. Era el homenaje acorde para una leyenda viva de la franquicia. 

Pero esperen, la historia no se terminó ahí. En 2007, Scottie intentó una vuelta a la NBA y entrenó con Wade en Fort Lauderdale. Desafortunadamente la idea no prosperó. Un año después, Pippen volvió a jugar, esta vez en el marco de un tour por Europa. Disputó un partido en el Torpan Pojat finlandés y otro en el Sundsvall sueco. Por el chiste cobró 66.000 dólares. 

Fuera de la cancha su vida no fue fácil. Como el 60% de los jugadores NBA retirados acabó en la ruina poco después de su jubilación en 2005. Su fortuna se esfumó entre inversiones erróneas y relaciones fallidas. En la actualidad ya está recuperado, pero aprendió a los golpes. 

Fue legendario

Scottie Pippen demostró que los complementos también son fundamentales y que sin ellos las estrellas no podrían brillar en el piso de parqué. Fue el medio que justificó el fin. El trecho del dicho al hecho. Un matador que siempre se apegó a su rol. Manipulador del éxito y constructor de triunfos. Un ganador nato, de esos que no tienen reemplazo.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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