El entrenador que se consagró tricampeón de Europa y que dos veces llevó a España a medalla en los Juegos Olimpicos, tocó todos los temas.
El ciclo de Scariolo en España es muy exitoso. ¿Toma dimensión?
- Lo que puedo decir es que estoy agradecido al grupo de jugadores que me acompaño en estos años. Fue un grupo que varió mucho desde la primera competencia hasta la actualidad. Hubo un gran recambio del equipo que ganó el Euro en el 2009 al grupo que terminó con medalla de bronce en Rio.
¿Qué le dejó la medalla de bronce?
- Las ganas quedaron por el oro. Hay que reconocer la dimensión de cada grupo de jugadores y de cada equipo. Estados Unidos está un piso por encima del resto. Al menos le pudimos dar guerra. A Estados Unidos es más fácil ganarle en una fase regular, pero cuando avanza la competencia es muy difícil.
España es inevitablemente su lugar en el mundo....
- Sí. Mas allá de que la profesión me pueda llevar a otra parte del mundo, mis raíces están acá. Si bien no reniego de mis orígenes en Italia, creo que es una decisión tomada de permanecer en España.
¿Se sufre o se disfruta más en el éxito?
- El éxito es un disfrute. Sin embargo para llegar a él hay momentos de sufrimiento. Te digo más, se disfruta y se sufre en la misma medida antes de llegar al éxito.
¿El éxito dura para siempre?
-Hay un pozo que se queda en el alma, en un currículum, porque cuando se gana se fortalece la relación de confianza con tus dirigidos, pero realmente la duración del éxito es corta. Es un momento de grandísima intensidad, pero esa intensidad es tan fuerte como breve. Hay que pensar que el éxito produzca otro éxito. Tuve la suerte de ganar muchas cosas y obviamente hay personas que han aprendido a ganar y son capaces de repetir.
¿Cómo motivó a un equipo que ganó todo y que tiene individualidades que ganan mucha plata?
- La condición fundamental es la motivación de ellos mismos. Mis jugadores tiene un gen ganador, que lo han desarrollado con el paso del tiempo. Cuando tenés un equipo ganador es más fácil motivar. Es cierto que haber ganado fortalece la confianza. Ahora con algunos títulos conseguidos es más fácil decirle las cosas al jugador para mí y hacer que ellos crean en lo que uno le dice. Ganar permite un voto de confianza.
¿Cómo hace para manejar los egos de una selección que tiene muchos nombres propios?
- Es un tema complicado contestar. Hay una cuestión fundamental, lo que constituye el premio final es el éxito colectivo. En España hay un efecto contagio, desde hace un par de décadas lo saben transmitir.
¿Cómo juegan sus equipos?
- Siempre tuve jugadores inteligentes para jugar inteligente. Siempre intentamos no ser malos en nada.
¿Es fácil o complicado dirigir a grandes estrellas?
- Es una respuesta compleja. Es fácil, porque tenés a los mejores a disposición y los mejores recursos técnicos y físicos para solucionar los problemas y a su vez es complejo porque los roles son distintos a los que tiene cada uno en sus equipos. Desde ya, es estimulante y complicado.
¿Qué sensación le deja la Generación Dorada en Argentina?
- Fue un honor y estímulo duro jugar contra Argentina durante estos años. Creo que han sido jugadores que han dado una clase de competitividad, mas allá de sus condiciones técnicas y su talento. Siempre digo que quisiera tener jugadores argentinos y serbios y gracias a Dios tuve muchos en mis equipos. Esta generación nos ha enseñado a competir.
La Generación Dorada ¿En que lugar de la historia la pone?
- La pongo muy arriba, no voy hacer comparaciones, pero en la historia del deporte, esta generación marcó un antes y un después y tuvimos la suerte de coincidir. No olvidemos que en los últimos torneos Argentina siempre tuvo algo que ver.
¿De los títulos que consiguió cuál tiene un mayor valor?
- Son todos grandes momentos. Me quedó con el último momento. La medalla en Rio significó un gran trabajo. La preparación tuvo muchas problemas, algunas bajas y así y todo llegamos a buen puerto. De igual manera, ya estoy pensando cómo conseguir más logros. Me gusta ganar, me gusta el ambiente. Motivación no me falta.
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