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El estadio Sinan Erdem de Estambul tiene una capacidad para 16 mil espectadores, pero estuvo muy lejos de esas cifras en los octavos de final del EuroBasket, hecho que es para encender las alarmas en FIBA. La metodología implementada en el torneo es que un ticket pueda ser utilizado para observar dos partidos, pero esto solamente funcionó con un binomio de encuentros: España-Turquía (9934 personas) y Croacia-Rusia (10153).

Estos datos son muy extraños si se tienen en cuenta la pasión del público turco y la enorme conglomeración de estrellas que siginifica el EuroBasket, a pesar de las ausencias ilustres. ¿La causa será el precio de las entradas? Son siete los niveles de montos, que empiezan en 338 pesos argentinos y pueden llegar hasta los 3027. 

A modo de resumen, de los 128 mil asientos disponibles en los octavos de final, solamente se ocuparon 27340: un 21.36 por ciento de asistencia. Sin embargo, 20087 personas de esa cifra solamente se suman en los dos partidos mencionados al principio, lo que deja 7253 espectadores para los seis restantes. El mínimo de gente se produjo en el enfrentamiento entre Letonia y Montenegro, ya que solamente 718 personas pagaron para verlo (4.5 por ciento del total del estadio).