LNB 2014/15

Obras sufrió pero sigue invicto: 94-85 ante Peñarol

23:15 21/10/2014 | Obras arrasó a partir del segundo cuarto y lo tenía casi liquidado, pero Peñarol reaccionó en el cierre y le puso picante a un tremendo partido.

Cuando Obras dominó y mostró su mejor versión, Aguiar estuvo intratable. (Foto: Marcelo Endelli para Prensa Obras Basket).

Obras Basket logró un nuevo triunfo y sigue su marcha invicta por la Liga Nacional. En uno de los partidos más esperados del calendario, por ser un cruce de candidatos, el equipo de Julio Lamas dominó a Peñarol por 94-85 y confirma cada vez más que es uno de los grandes animadores de la temporada.

Si bien sufrió los triples de Peñarol en el primer cuarto, durante el segundo periodo Obras reforzó su defensa e hizo uso del gran abanico de opciones ofensivas que posee. El local llegó a tener una ventaja de veintidós tantos, pero en el último cuarto el Milrayitas salió a apretar con todo, forzó un final apretadísimo hasta ponerse a cinco unidades pero finalmente la balanza se siguió inclinando a favor de Obras.

Lo mejor de Obras estuvo en Mauricio Aguiar, clave durante gran parte del encuentro tras contabilizar 18 puntos. La tarea goleadora de Ramón Clemente (16) y Bruno Fitipaldo (15) también fue clave en el desempeño del ganador. Por su parte, Peñarol halló sus mejores valores en las manos de Fabián Sahdi (18) y Leonardo Gutiérrez (12).

Peñarol arrancó encendidísimo desde los triples. Precisión perfecta de los marplatenses para comenzar la noche con un fantástico 4/4 desde la línea de 6.75m, con Sahdi y Gutiérrez como protagonistas exclusivos. Obras no pudo frenar ese inicio picante de la visita, que siguió estirando sus números con constantes bombazos y mantuvo el liderazgo del marcador.

Sin embargo, a pesar de la delantera del Milrayitas, el Tachero nunca le perdió pisada al actual campeón de la Liga y todo se debió al aporte de un muy movedizo y preciso Pica Aguiar. El uruguayo fue importante para mantener en partido al dueño casa, junto con Clemente, Zanzottera y Delía.

Por momentos pareció un duelo de estilos, ya que Peñarol se dedicó a explotar su versión triplera y Obras se amparó en la facilidad que jugadores como Delía, Clemente y Aguiar tienen en el juego interno. La paridad en el score se reflejó constantemente y nunca se pudieron sacar más de cinco tantos de diferencia, aunque Obras finalizó el primer periodo arriba por 25-23 gracias a una leve mejoría conseguida de la mano de Fitipaldo.

Los números demuestran mucho de lo que sucedió: ritmo frenético para ambos, con un Peñarol lanzando 7/10 en triples y un Obras con un 11/18 en tiros de campo. Para el segundo periodo la premisa de ambos entrenadores posiblemente iba a enfocarse en potenciar la defensa para anular al rival.

Peñarol inició mejor el siguiente episodio, con el ingreso de Massarelli y un aporte eléctrico a la ofensiva visitante. Sin embargo, Obras se recuperó rápidamente, siguió apoyándose en la muy buena noche de Aguiar y a él se sumó el sólido comienzo de Tabarez, clave para que el equipo local se dispare 33-27 y siga estirando ventajas.

Los de Lamas defendieron mucho más seriamente, aprovecharon la fragilidad defensiva de Peñarol y con un alley-oop de Delía se escaparon a un claro 36-27 que obligó a Rivero a pedir un tiempo muerto para organizar a los marplatenses.

Pero independientemente de las palabras del entrenador a Peñarol le costó detener el ataque de Obras y en algunas acciones le dejó espacios importantes para que pueda dañar. Obras siguió elaborando una ofensiva y defensiva muy correcta, a Peñarol se le acabó el gol (tardó 7m30s para convertir sus primeros puntos del parcial) y el local sacó una brecha muy interesante de 44-29 a falta de dos minutos para el cierre.

La tendencia no cambió en absoluto, Obras siguió sacando su mejor versión, con juego colectivo, anulando a Peñarol y haciéndole mucho daño en ataque. Al entrar al descanso largo, la diferencia fue autoritaria: 49-29 a favor del cuadro capitalino.

Al volver de los vestuarios, Obras tardó dos minutos en encestar un punto y rompió esa pequeña sequía de la mano de Zanzottera. Peñarol entró un poco más enchufado, de la mano de Boccia y con la ilusión de revertir la historia, con sólida defensa y tratando de emular un poco de lo conseguido el último domingo ante Boca, donde levantó una desventaja de dieciocho tantos.

Pero está claro que la actualidad de Obras dista mucho de la de Boca, y a pesar de que entró en penalización rápidamente el elenco metropolitano presentó pelea. Obras supo contener el goleo de Peñarol a pesar de los buenos momentos de Boccia, Gutiérrez y Sahdi. El Milrayitas alcanzó a arrimarse a dieciséis unidades (57-41), pero las buenas exposiciones de Zanzottera y Clemente no cesaron y el local manejó tranquilo el parcial.

El conjunto de Lamas cerró el tercer periodo tranquilo, rotando el banco y poniendo en cancha una formación compuesta por Barral, Zanzottera, Aguiar, Guaita y Clemente. Varios jugadores tuvieron descanso, independientemente de que se siguió atacando con la misma seriedad, y Peñarol logró arrimarse mínimamente sobre el final gracias a las bombas de Sahdi: 70-53 a favor del Tachero.

En el último cuarto Obras bajó su nivel pero no su ritmo, por momentos tomó decisiones muy apresuradas, entró en la vorágine que buscó imponer Peñarol y perdió un poco la brújula. Al Tachero le costó más de lo pensado el cierre, la defensa aguerrida del rival lo fue secando y los marplatenses empezaron a arrimarse cada vez más (85-77).

Massarelli, Boccia, Konstadt y Fernández fueron artífices de la remontada de Peñarol, que revivió en los últimos minutos y desconcertó a un Obras que sufrió la defensa rival, a pura presión y buscando la heroica vuelta al encuentro. Tan fuerte fue la reacción de los de Rivero que un triple de Konstadt puso el score 90-82 a favor de Obras y a falta de dos minutos. Si bien los capitalinos seguían ganando, aquella diferencia de veintidós puntos ya no existía y Peñarol se metió decididamente en juego.

Peñarol siguió ajustando la brecha con un doble de Fernández (90-85) y de esta forma consiguió forzar un tremendo cierre. Pero a pesar de ello y después de sufrir bastante, Obras consiguió una mayor serenidad en el final, no lo cerró de forma ideal pero descansó mucho la bola en las manos de un Fitipaldo sólido. El base uruguayo fue decisivo, porque de su mano el local encontró más calma y lo ganó por 94-85.

Lucas Leiva / [email protected]
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