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El local es el único invicto del torneo y eso es motivo suficiente para estar agrandado. La visita, después de un mal arranque, también llega dulce por una doble victoria en Mar del Plata ante Quilmes y Peñarol, por eso los condimentos para ver un gran partido están en la mesa.

Bahía recuperará esta noche a Pancho Jasen, que no estuvo por fatiga muscular ante Ferro, en el último choque de los del Sepo Ginóbili, en un encuentro que, de alguna manera, marca lo que es el equipo. Jugó una primera mitad muy mala y una segunda fantástica, en la que dejó en 19 puntos a su rival, para un total de 59. Siendo Ferro local, un número llamativo.

Bahía sigue siendo un equipo de jóvenes que se equivocan quizá más que los adultos, pero tienen cosas también que los adultos no: una intensidad los 40 minutos que asombra, una lógica capacidad para aprender del error y una ganas contagiosas, que lideran los veteranos: Jasen y, sobre todo, Levy, un subvaluado jugador que para este equipo es clave.

La fórmula es relativamente simple en la teoría, difícil en la práctica. Cuando el equipo defiende bien y puede correr, es imparable. También cuando no pierde pelotas. Su único déficit marcado es la falta de tiradores, salvo Redivo, con lo cual se le hace imprescindible poder correr. El tema es que cuando defiende bien, lo consigue casi siempre, por eso está invicto en 5 juegos.

Lo de Obras es totalmente disitnto. Apostó. Primero, por dos bases ultrajóvenes (Barral y Zurbriggen). Le costó no saber manejar los momentos y perder partidos (obviamente, no responsabilidad exclusiva de ellos), pero partido a partido van sumando confianza, sobre todo Barral, que jugó un partizado contra Peñarol.

La otra apuesta fue la mezcla de Bortolín/Leiva para el puesto de 5. Uno porque nunca tuvo una oportunidad así (Bortolín) y el otro porque no termina de sacarse los miedos luego de una lesión psicológicamente complicada (Leiva), que viene de hacer su mejor partido contra su exclub. 

Casalánguida les da margen para equivocarse ahora que se puede, dentro de los límites que marca una estructura de equipo. En ese sentido han avanzado indudablemente, con jugadores como Zanzottera que tienen el potencial para dar un salto. Tienen la espalda cubierta con un crack como Horner, con un talento como el de Herrmann, y con la capacidad de un Brown que parece estar encontrando su lugar. No ocurre lo mismo con Hanpaa, que todavía está medio perdido. Promesa de partidazo.