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A la hora de analizar la NBA, hay pocas situaciones más frustrantes que ver el talento de una superestrella desaprovechado. Eso es exactamente lo que está ocurriendo en New Orleans con Anthony Davis, un jugador fuera de serie, que sin embargo no cuenta con ningún tipo de apoyo que haga al equipo competitivo.

A sus cortos 23 años, Davis ya es uno de los mejores jugadores de la competencia y uno de los internos más versátiles que este juego haya visto. Hace un poco de todo, tal como lo indican sus números de la 2015/16: 24,3 puntos, 10,3 rebotes, 1,9 asistencias, 1,3 robos y 2 tapas por partido. Una bestia.

Sin embargo, a su alrededor hay muy poco y llamativamente, en la 2016/17 parece haber incluso menos. Sin Jrue Holiday al menos para el inicio de la temporada (su esposa batalla contra un tumor cerebral) y con jugadores como Tim Frazier, Solomon Hill y Omer Asik proyectados como titulares, es difícil encontrarle sentido al camino que está tomando la dirigencia de New Orleans. No solo no han rodeado a Davis con compañeros de calidad, sino que hasta ahora, tampoco lo han hecho con buenos proyectos a futuro.

Y como si todo esto fuera poco, Davis también tiene sus demonios a combatir. El ex de Kentucky se ha mostrado muy frágil físicamente, perdiéndose 18, 15, 14 y 21 partidos respectivamente, en sus primeros cuatro años en la liga. De hecho, nunca ha jugado más de 68 encuentros de los 82 totales. Cuando está, es casi imparable, pero cuando no, sus ausencias son irremontables para el equipo.

A la hora de buscar ilusión para esta campaña, los Pelicans presentan un nombre: Buddy Hield. El escolta bahameño viene de romperla en la Universidad de Oklahoma y tiene una mano temible. La franquicia espera que les de una dinámica anotadora que hace tiempo no tienen en el perímetro, aunque para ello, debe demostrar que puede sobreponerse a su falta de gran altura o explosión atlética. El otro rookie, Cheick Diallo, tiene un techo alto, pero por ahora se lo ve particularmente inmaduro en su básquet (incluso jugaba poco en la NCAA).

Sabiendo todo esto, lo que hasta hace poco más de un año era una esperanza concreta, hoy parece muy lejana: New Orleans ya no parece tener material para pelear por los playoffs y seguramente deberá conformarse con trabajar en el desarrollo de sus jóvenes figuras. Pero ojo, más allá del contrato enorme que los une, si no empiezan a ganar, el futuro de Anthony Davis podría rápidamente cambiar de escenario.

Puntos altos. Tienen en Anthony Davis a uno de los mejores jugadores de la competencia. Hield puede darles aire en la posición de escolta y generar cierto entusiasmo en sus seguidores.

Puntos bajos. Sacando a Davis cuentan con poco talento y desequilibrio individual. Poco material en tres puestos claves: base (mientras no esté Holiday), alero y pivote.