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Los Pelicans eran el equipo indicado para ser sensación de la temporada 2019/20 de la NBA, pero los planetas no se alinearon de la forma debida y terminaron yéndose de Orlando con la cola entre las patas y sin poder disfrutar nada de la burbuja. 

Y, como era de esperar, apenas horas después de terminada su participación, la dirigencia le dio las gracias por los servicios prestados y despidió al entrenador Alvin Gentry, que había llegado en el 2015 para hacerse cargo del equipo. En este tiempo su récord en 400 partidos fue 175-225 (43.8%), entrando en playoffs solo en la 2017/18 (1-4 vs Golden State en segunda ronda).

Desde que el año pasado mandaron a Anthony Davis a los Lakers y recibieron talento joven en contrapartida (Lonzo Ball, Brandon Ingram, Josh Hart), más Zion Williamson en el draft, se esperaba tener un año como mínimo de altas expectativas a futuro. 

Pero Zion se lesionó y estuvo afuera casi todo el año y el resto, salvo Ingram, quedó lejos de lo esperado, sobre todo en Orlando, donde Ball la pateó y Zion, con los minutos recortados, no pudo pesar como él pretendía. Ahora buscarán un entrenador que se enfoque en eso: la explosión de Williamson y hacer de este grupo de jóvenes talentosos un equipo sólido y competitivo.