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La temporada 2017/18 de Anthony Randolph en el Real Madrid ha sido decididamente mala. Al margen de los logros que consiguió el equipo a nivel grupal, la tarea del ala pivote estuvo muy por debajo de las expectativas, ya sea por las lesiones que lo aquejaron a lo largo del curso, como por algún que otro acto de indisciplina que terminó por decantar en su salida definitiva del club madrileño, pese a haber firmado un contrato hasta el 2020.

Sin ir más lejos, participó de apenas siete minutos en el Juego 1 de las Finales de la Liga ACB ante Baskonia y después no volvió a ingresar a la cancha en el resto de la serie. En el sitio web El Bernabéu confirmaron que esta decisión indeclinable por parte del cuerpo técnico tuvo una razón concreta: el interno habría llegado 30 minutos tarde al entrenamiento del equipo, en la previa a la gran final de la liga española.

Además, en el artículo explicaron que el estadounidense (nacionalizado esloveno) nunca se pudo adaptar a la grandilocuencia del Real Madrid, pese a ser uno de los mejores jugadores del mercado europeo, no solo por talla sino que sobre todo por su talento. Los números demuestran estas dificultades de adaptación: 8 puntos (bajó a 3.6 en postemporada) y 3.9 rebotes en la 2017/18.

Las lesiones reiteradas también hicieron mella en su rendimiento final y en su injerencia dentro del equipo, ya que tuvo problemas en uno de sus hombros, una fractura por stress en el pie derecho y además una sobrecarga en el aductor de la pierna derecha. A su vez, fue sancionado por un acto de indisciplina en el marco de la Euroliga, debido a que le "faltó el respeto" a los árbitros, según evidenció en un comunicado la organización. Este combo fue el que terminó con la salida del talentosísimo ala pivote mucho antes de lo previsto contractualmente, abriéndole a su vez una puerta a Gabriel Deck.