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Los Clippers evitaron lo que parecía una nueva caída y mientras esperan por los regresos de Chris Paul y JJ Redick, mejoraron su récord a 6-4, venciendo a los Detroit Pistons por 101 a 96.

El juego no comenzó nada bien para Los Angeles, que sin su mediacancha titular, arrancó dando demasiadas ventajas defensivas. Reggie Jackson (10) y Ersan Ilyasova (11) estaban con la mano caliente en los Pistons, convirtiendo sus primeros cinco intentos de tres, para terminar el parcial 28 a 25 al frente. 

Sin embargo, el peor momento para los angelinos llegó en los primeros minutos del segundo período. Con muy buenos pasajes de Stanley Johnson y Anthony Tolliver, la banca de Detroit no sólo extendió la diferencia, sino que llegó a sacar una máxima de 17, ante unos Clippers sin energía ni respuestas en defensa.

Afortunadamente para los de Prigioni, los Pistons bajaron un poco el ritmo en el cierre de la mitad y con un Jamal Crawford determinante, lograron reducir la brecha a nueve: 60 a 51.

Estaba claro que si los de Rivers querían cambiar la historia, debían salir con una actitud muy distinta en lo defensivo y eso fue exactamente lo que hicieron. La visita bajó a un 36% de cancha en el tercero y de la mano de Crawford (14) y Griffin (13), Los Angeles pasó a ganar por 81 a 80.

La paridad en el marcador se mantuvo hasta el cierre, donde un par de apariciones de Austin Rivers y Blake Griffin, dejaron a los dueños de casa al frente por tres. Caldwell-Pope tuvo el empate en sus manos con un lanzamiento de tres, pero el mismo no entró y Crawford sentenció el 101 a 96 desde la línea.

El escolta de los Clippers tuvo una noche inspirada con 37 puntos, 8 asistencias y 6 rebotes, mientras que Blake Griffin se destacó con 34 unidades, 9 asistencias y 8 tableros.

Por el lado de los Pistons, que ahora presentan un récord de 5-4, no alcanzaron los 20 de Reggie Jackson y Ersan Ilyasova, ni los 18 y 19 rebotes de DeAndre Jordan.

Pablo Prigioni: 0 puntos, 1 pérdida, 1 robo, 0-1 en triples durante 10:51 minutos de juego.