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Mucho se había quejado Damian Lillard cuando originalmente no fue elegido para participar del All Star Game a disputarse en New York el próximo fin de semana. Sin embargo, muchas de sus promesas y palabras han quedado en la nada en este momento, luego de que la NBA tome la decisión de incluirlo en el roster de la Conferencia Oeste.

La posibilidad para el gran base de los Trail Blazers se abrió debido a la lesión de Blake Griffin, quien se perderá el All Star Game y varias semanas más debido a una infección en un codo. La lucha para tomar su lugar se centraba básicamente entre Lillard y Zach Randolph de los Grizzlies, aunque finalmente, la elección fue para el hombre de Portland.

Hay pocos argumentos, si alguno, para objetar la llegada del egresado de la pequeña Weber State al evento. Los Blazers tienen uno de los mejores registros de la compencia y sus números (21,6 puntos y 6,3 asistencias) hablan por sí mismos, aún cuando ha tenido un pronunciado bajón con el tiro en estas últimas presentaciones.

Este será el segundo All Star Game consecutivo para Lillard, quien ya había participado en el año 2014, además de ser el bi-campeón defensor de la Carrera de Habilidades, en la cual ya anunció algunos días atrás no estará participando en esta ocasión.

Aunque ni los fanáticos lo eligieron, ni tampoco más tarde los entrenadores, finalmente el Comisionado Adam Silver pudo hacer realidad su deseo de ver a Lillard en el evento, sobre quien había dicho que había sido muy difícil de dejar afuera, cuando eligió a DeMarcus Cousins como el reemplazante del también lesionado Kobe Bryant.