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Un contragolpe en desventaja. La recibe Kobe Bryant y se la entrega a Carmelo Anthony. La gente ya comienza a sacar las cámaras, parece que se viene una jugada espectacular. El 15 se la pasa de nuevo al exjugador de Los Angeles Lakers y éste intenta una fantástica volcada de espaldas. Sin embargo, nadie cuenta con la astucia de Andrés Nocioni, que llega a la zona pintada como un potro desbocado y le mete una tapa bárbara a uno de los mejores jugadores del universo. 

Nadie lo podía creer, y fue un empujón anímico, ya que en ese momento Argentina perdía por 19 puntos cuando apenas se estaba desarrollando el segundo cuarto. Desafortunadamente, los nacionales estaban golpeados por una lesión de Ginóbili y no lograron vencer al equipo que muchos dicen que podría ganarle al Dream Team de 1992. Kobe Bryant, LeBron James y compañía fueron suficiente para los de la celesta y blanca. 

Pero esa tapa fue la gloria, un aliciente que todo argentino siempre aprecia y una marca registrada de un jugador que no se entrega ni aún vencido. Luego de ese encuentro en semifinales llegó el turno de Lituania en la lucha por el tercer puesto y fue allí que otra vez Nocioni sacó el pecho por los suyos para que Argentina se gane un lugar en el podio. 

La medalla se aprecia, pero esa gesta fue única, especial e irrepetible. Le tapó nada más y nada menos que a Kobe Bryant, lo crea quien lo crea. Una anécdota ideal, de esas que siempre se pueden contar en la ronda con amigos, en un asado o hasta a los propios nietos. La leyenda de Andrés Marcelo Nocioni, el que nunca temblaba. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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