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Michael Jordan perdió un enfrentamiento contra otra persona en una ocasión. Sí, no es mentira, tampoco una fábula. El hecho ocurrió en 1987, cuando el 23 se encontraba en pleno ascenso, en su tercera temporada en los Chicago Bulls de la NBA. En ese momento ya era considerado uno de los mejores jugadores del universo y todos comenzaban a conocer su reputación de ganador empedernido. 

La mayoría de los jugadores, periodistas, árbitros, entrenadores y fanáticos sabían que odiaba perder y que hacía todo por llevarse el triunfo. Pocos se animaban a enfrentarse a su Majestad Aérea y nadie lograba imponerse, al menos en los rincones de la NBA. Pero sí un valiente joven, cuyo nombre era Eric Barber. 

La historia de Eric es particular y ejemplar. Cuando tenía tres años los médicos le detectaron una acumulación de líquido en la columna que podría provocarle una hemorragia cerebral. Para finiquitar el problema debía operarse y el riesgo era tal que la intervención podía producirle una tetraplejia. No había otra opción, era eso o morir.

Afortundamente, la cirujía fue exitosa, pero Eric tuvo que utilizar para siempre una silla de ruedas. Tenía 11 años y toda su vida por delante, por lo que logró acostumbrarse a su nueva condición. Así transcurrieron los años hasta que cumplió 13, y en ese instante tuvo su primera experiencia con la naranja. Al comienzo no le interesó mucho, pero al mudarse de ciudad, la única opción que le quedó fue practicar básquet, ya que no había otro deporte para practicar en la zona por la falta de infraestructura. 

Volviendo al hecho, Eric aspiraba alto y su deseo era enfrentarse a Michael, por lo que le escribió al programa Sports World de la NBA y les preguntó a los directivos si podía jugar un uno contra uno ante Jordan. La condición era que el escolta tenía que estar en silla de ruedas. Barber no aceptaría menos. Obviamente, el 23 no escapó al desafío y aceptó la oferta ni bien se la hicieron llegar.

El duelo se dio en la Universidad de Lisle, en el que ambos estaban en silla de ruedas. Michael detestaba perder y aquella vez no sería la excepción, ya que durante todo el partido intentó tomar ventajas a partir de su físico y su talento. Pero Eric estaba en su salsa y en su zona de confort. No le importó ni su promedio de 37 puntos en la NBA, ni la reputación del mejor del mundo. Se llevó todo por delante y, para asombro de muchos, le ganó 20-14. 

La carrera de Eric, como la de Jordan, fue legendaria. Jugó en la selección de Estados Unidos y consiguió dos medallas de oro y dos de plata en distintos mundiales y juegos paralímpicos. También se recibió de administrador de empresas y actualmente es directivo en una innovadora organización llamada The Ability Center. Su vida es una enseñanza de que no existen excusas ni pretextos, sólo acciones. La convicción es clave y las ganas de conseguir algo lo pueden todo. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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