AmeriCup 2017

El recuerdo de una noche memorable para Córdoba, cuando Argentina se impuso a Canadá

11:25 01/09/2017 | Con mucho amor propio, pero también beneficiado por un arbitraje muy parcial, Argentina lo dio vuelta cerca del final. Partidazo de Milanesio, Campana y Uranga.

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Uranga y Campana en primer plano agradeciendo al público cordobés (Foto: Marcelo Figueras).
 
Fue uno de esos partidos que se guarda en las retinas para siempre, y por varios motivos. El primero de ellos por la instancia que se estaba jugando, porque un Mundial no es un torneo más; después por el rival, dado que Argentina aún se mostraba tambaleante en el contexto internacional; y por último el desarrollo del juego, donde los nuestros tuvieron que remar de atrás en todo momento, tanto a que a falta de 3m54s para el cierre, la diferencia de trece puntos parecía imposible de descontar.
 
 
No había sido bueno el comienzo de la Copa para la selección dirigida por Carlos Boismené, dado que el fixture, mal confeccionado, lo envió a debutar contra la poderosa Unión Soviética (77-97). En sólo veinticuatro horas, el equipo tuvo que salir a escena nuevamente, y el rival de turno era un conjunto norteamericano que tenía material suficiente para complicar las cosas. Y fue así como sucedió, porque después de un primer tiempo equilibrado (44-49), Anthony Simms y Eli Pasquale tomaron las riendas y Canadá comenzó despegarse en el marcador.
 
El dueño de casa lo estaba pasando mal, muy mal... atrapado en la telaraña defensiva de su rival, también sufría en el otro costado de la cancha, dado que no podía contener el perímetro, y en la zona de la pintura Dwight Walton hacía estragos cargando de faltas a los internos argentinos. El partido se iba de las manos, y la cuestión anímica ya estaba jugando un rol preponderante, hasta que... bueno, hasta que el Pichi Campana sacudió las redes con una conversión de tres puntos.
 
Fue el volver a creer, porque después de abollar largamente el aro (1/19 triples en los 36m30s anteriores), Argentina vio una luz. El equipo comenzó a defender con uñas y dientes, Scolari salió por faltas, pero Uranga, Ossela y Maggi se la bancaron caminando por la cornisa y con el riesgo de seguir el mismo camino. Milanesio se cargó el equipo al hombro y se hizo dueño de la pelota, y así llegaron ocho anotaciones seguidas de su cosecha personal (dos triples y un doble). La Selección sacó a relucir su amor propio y de a poco fue inclinando la balanza en su favor.
 
Sin embargo, los árbitros también jugaron un rol preponderante en ambos costados de la cancha. Hubo infracciones no cobradas en favor de Argentina y otras que directamente no existieron perjudicando a Canadá. Salió a relucir el corazón de los nuestros, pero la diferencia también se achicó con el benplácito de quienes tenían que impartir justicia.
 
Marcelo Milanesio anotó 8 puntos consecutivos que permitieron dar vuelta el partido
 
Canadá entonces se vio desbordado por partida doble. Ese equipo que había amargado a Argentina en el Preolímpico de Montevideo dos años atrás, de dominador pasó a dominado. Los de de Boismené finalmente establecieron un parcial de 24-3 en 3m54s para quedarse con la victoria para desatar el delirio del público que colmó las gradas del Pabellón Verde del Complejo FECOR.
 
Era una época donde las grandes potencias se miraban de abajo, dado que aún faltaba un trecho importante por recorrer en el camino que conduciría a la Generación Dorada. Y Canadá era por entonces un rival muy duro, y una prueba de ello es que cuatro años después se tomó revancha en el Mundial de Toronto.
 
Roberto Martín (Desde Córdoba)
En Twitter: @basquetplus
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