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En mitad de la vorágine de resultados adversos, cualquier triunfo es un alivio. Si es de forma tan sencilla y contundente como el logrado ante el Herbalife Gran Canaria, a quien por plantilla y logros se le puede incluir sin duda en la nobleza de la ACB, es un paso adelante. Un domingo de calma para el Real Madrid, cuyas penas se evidencian sobre todo en Europa. En la Liga Endesa, salvo el traspié ante el Barça, todo siguen siendo buenas noticias, donde sigue en todo lo alto.

El grupo de Pablo Laso avanza a trompicones. Ni el calendario ni la enfermería le dan para tomar carrerilla. A la espera de tiempos más propicios, encontrarse con una batalla en la que el rival se planta sin demasiado colmillo -a los de Luis Casimiro las Ventanas FIBA les han dejado su propio parte de guerra-, es un regalo inesperado. Tras caer el viernes contra el Estrella Roja en el WiZink Center, después de acumular seis derrotas en los últimos nueve partidos (cinco de seis en Euroliga), una Gran Canaria apático pagó los platos rotos. 

Fue un buen salto adelante en defensa, donde el Madrid mostró una predisposición y seriedad renovada. Elevó el listón de agresividad y enfrente no hubo respuesta. Y hubo un tipo que se empeñó en echarse el colectivo a la espalda, sobre todo cuando aún había algo de puja sobre el parqué. Rudy Fernández, quien no se detiene en su empeño de volver a ser el que fue, se erigió en timón con ese acierto recuperado que sobre todo está mostrando en ACB.

Encontró el balear un buen aliado. Poco a poco, Edy Tavares va integrándose en un equipo al que aterrizó en mitad de las turbulencias, sin tiempo apenas para ni para entrenar. Pese a fallar sus dos primeros lanzamientos, el gigante se fue imponiendo a las torres rivales de su ex equipo, con tapones en el cielo a Balvin que impulsaron el juego en transición del Madrid. Anotaba fácil el grupo de Laso, que ampliaba su ventaja sin sudar demasiado. Fue la explosión de Doncic, que amaneció en el duelo con el pie izquierdo, quien con dos triples seguidos dejó la victoria bien encarrilada al descanso (53-36).

Sólo algunos rifirrafes (Reyes vs Balvin, Doncic vs Seeley) pusieron picante en un choque sin demasiada historia. Cuando amenazaba con acercarse el Gran Canaria (71-58) , respondía con contundencia el Madrid (81-58), ya lanzado, quien tuvo a Doncic, Felipe Reyes y Thompkins a sus mejores hombres. Faltó energía en los insulares, quien últimamente habían cosechado buenos resultados con el blanco enfrente. El año pasado fueron los únicos en ganar en ACB (temporada regular) en el Palacio y en la Supercopa también dieron buena cuenta del Madrid. No tuvieron esta vez ni una sola opción, en la que es su cuarta derrota en la competición doméstica, todas a domicilio.

Facundo Campazzo: 7 puntos, 5 asistencias, 2 rebotes, 1 pérdida, 2 robos, 4 faltas, 1 falta recibida, 2-3 en dobles, 1-5 en triples y 0-1 en libres durante 22:35 minutos.