Basquetplus.com

Ya sea con la consagración o la derrota como resultado final, la realidad indica que estas Finales NBA tienen un gusto diferente para Miami Heat. ¿La razón? Son las primeras que disputan en toda su historia sin la presencia de Dwyane Wade, la máxima leyenda de la franquicia. En todas las anteriores, él fue la constante. Sin embargo, fue en la primera en la que sacó a relucir su máximo potencial para darle el título a los suyos.

Ocurrió en 2006, cuando la franquicia de Florida debutó en esta instancia luego de luchar constantemente por el boleto a la definición en la Conferencia Este. Enfrente suyo se encontraban los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki, que también accedían por primera vez a la serie por el campeonato. Y, en los dos juegos que dieron inicio a la llave, las cosas se decantaron para su lado: 2-0 y la posibilidad de estar más cerca que nunca del título.

No obstante, allí fue cuando apareció la versión más dominante del escolta para patear el tablero y poner a los dirigidos por Pat Riley en posición de ganar el trofeo: en los siguientes cuatro encuentros, Wade promedió 39,2 puntos, 8,2 rebotes, 3,5 asistencias, 2,5 robos y todo con un porcentaje de acierto del 50% en tiros de campo. Fueron cuatro victorias al hilo para Miami y la coronación del perimetral como el MVP Finals.

Flash, tal como lo apodaron, anotó 42 tantos en el tercer enfrentamiento y 43 en el quinto. Ambos se definieron por dos o menos puntos a favor del Heat. Además, cerró la serie con una de las mejores actuaciones que se hayan visto en las FInales: 36 unidades, 10 recobres, 5 pases gol, 4 recuperaciones, 3 bloqueos y un 56% de efectividad en lanzamientos de campo durante el sexto cruce.

Mientras los fanáticos de la franquicia que actualmente dirige Erik Spoelstra sueñan con que la historia se repita con Jimmy Butler como protagonista ante Los Angeles Lakers, siempre es bueno recordar al máximo exponente detrás de esta camiseta.