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Con la victoria del Joventut de esta tarde, los de Badalona garantizaron su permanencia en la ACB, algo que parecía bastante lejano hasta hace un par de meses atrás. Luego del encuentro, tuvimos la posibilidad de hablar mano a mano con el entrenador del equipo, Carles Durán, para conocer sus sensaciones sobre este gran sprint final, no solo desde lo colectivo, sino también desde la injerencia del aporte individual de Nico Laprovittola.

- ¿Imaginaron este momento hace 10 fechas?

. Me imaginaba salvarnos, pero no seguramente de la manera que lo hemos conseguido. Primero no ganando tantos partidos seguidos, en una competición que es muy difícil y segundo jugando bien al baloncesto. Eso es lo que me pone más orgulloso: el equipo logró todo esto jugando muy bien al baloncesto.

- ¿Hay un click que produjo el cambio?

. Yo creo que hay muchas cosas. Hacer bien las cosas, acertar con ciertos fichajes, seguramente la derrota contra Obradoiro y la victoria contra Gran Canaria, por la forma en la que fueron las dos circunstancias. Es un cúmulo de cosas, pero sobre todo es el día a día, ganar confianza haciendo las cosas que creés que podés hacer bien y eso se transforma en victorias. Por eso digo: lo hicimos bien contra Obradoiro y perdimos, lo hicimos bien contra Gran Canaria y ganamos. Esa mini semana nos ayudó a seguir ganando en sitios donde la gente creía que no podíamos ganar.

- ¿Qué injerencia tuvo Nico en este final?

. Bueno, cuando él llegó yo todavía no estaba. Había muchas cosas con él. Primero personalmente, que yo no las controlo tanto. Venía de un sitio donde un poco lo habían echado a patadas y se sentía muy mal, entiendo. Él empezó conmigo regular: tenía el balón clave en Sevilla y falló, tuvo el partido contra Obradoiro y falló. Entonces en el fondo habrá pensado que le estaba dando la responsabilidad y no estaba teniendo suerte. Pero por otro lado, que es mi punto como entrenador, tengo una manera de ser y de jugar en la que necesito mucha confianza con el base. Y con él la he encontrado desde el primer momento. Hemos hablado el mismo baloncesto, pensado las mismas cosas. Y el error, que forma parte de nuestro juego, forma parte de la vida. Que él fallara a mi no me importaba, porque lo veía en el día a día. Cuando en esa jornada nos fue muy bien contra Gran Canaria, empezó a creerse lo que le estaba vendiendo yo: que él podía ser el líder del equipo en muchas cosas. Y sobre todo hizo que los demás también creyeran en él. Al final, entre todos lo hemos sumado pero pienso que él ha hecho mejores a sus compañeros. Por eso estoy también muy contento.

- Eso se notó, que una vez que tomó confianza fue uno de los que lideró al resto, con esa caradurez de los argentinos para tomar esa responsabilidad, aún sin tanta experiencia.

. Él ha tenido momentos difíciles en la ACB: llegó a Estudiantes y bajaron, va a Baskonia pero no tiene una participación muy importante, llega al Joventut y parece que también va a bajar. Un club especial, no es cualquier club el Joventut. Tenemos una Euroliga ahí arriba. Él ha ido madurando con todo lo que ha ido pasando. Es cierto que si tiene un entrenador que le dice: venga Nico, confío a muerte en ti y has buenos a los demás. Y los demás ven que les está haciendo buenos, es muy importante. Pero igual lo más importante fue su día a día. Cada día venía a entrenar, cada día ha sido el jefe, ha entrenado mejor, ayudado a los jóvenes. El líder ha hecho que los demás creyeran que era el líder, porque lo ha demostrado no solo metiendo una canasta o ganando un partido, sino porque ha sido un ejemplo en el día a día. Me alegro mucho por él y espero y confío que ya sea dentro de tres meses o dentro de tres años, nos vamos a juntar, porque creo que lo hemos hecho bien los dos juntos.