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Houston Rockets (1) 128 - Golden State Warriors (3) 115

Houston hizo lo que debía hacer: reaccionó, goleó a Golden State por 128 a 115 y descontó en la serie final de la Conferencia Oeste por 3 a 1. Ahora, deberá viajar a Oakland, donde intentará mantener su temporada con vida y ponerle algo de suspenso a un cruce que hasta hace algunas horas parecía ya sentenciado.

El arranque del partido fue un festival de los Rockets, que a puro triple tuvieron un primer cuarto para el recuerdo. Los dirigidos por Kevin McHale, primero impulsados por Josh Smith (13 puntos, 5-5 de cancha) y más tarde con casi todos sus jugadores involucrados, demolieron la defensa de los Warriors, anotando 8 de 9 tiros de tres puntos y quedándose con el parcial por 45 a 22.

Stephen Curry era el único que había arrancado preciso por el lado de Golden State, pero lamentablemente para ellos, el tirador sufrió un golpazo en la cabeza temprano en el segundo período y debió abandonar el campo, para ser atendido en los vestuarios. En un principio se especuló con una conmoción cerebral, pero a la larga, se supo que había sido apenas un golpe, sino registrarse lesión alguna (volvería al juego en el tercer cuarto).

Sin Curry y con una ventaja de más de 20 puntos, todo hacía pensar que Houston iba a terminar de definir la historia, pero no fue así. Los Rockets bajaron su eficacia (algo lógico después de semejante explosión ofensiva), mientras que la visita encontró la remontada con unos encendidos Draymond Green y Klay Thompson: entre ambos se combinaron para 27 puntos en el parcial, anotando 5 de 6 triples y 11 de 13 lanzamientos en general. Así, los de Kerr le pusieron un interrogante a la segunda mitad, llegando a los vestuarios abajo por 10 (69-59).

Con más de un infalible Green, los Warriors se mantenían en juego durante el arranque del tercero y la vuelta de Curry a cancha representaba una amenaza para los locales. Sin embargo, el escolta no volvió del todo bien y en el otro costado, James Harden empezaba a dar señales de lo que sería un segundo tiempo perfecto de su parte: el escolta anotó 16 puntos y fue fundamental para que las diferencias entrando al último período volvieran a ser grandes (99-84).

En los últimos 12 minutos, los Warriors salieron a quemar sus últimas naves y de hecho llegaron a ponerse a 6 (104-98), con algo más de 8 minutos en el reloj, gracias a un par de triples de Thompson y Curry. Igual, la remontada iba a quedar ahí, porque cuando su equipo más lo precisaba, volvió a aparecer la enorme figura de Harden (17 en el último cuarto) para darle un respiro a los fanáticos locales y terminar de definir el juego. Finalmente fue 128 a 115 y descuento en la serie, aunque habrá que esperar para saber si sirvió sólo para el honor de los texanos o el triunfo tuvo una importancia real en lo deportivo.

James Harden tuvo un cuarto juego para enmarcar, finalizando con 45 puntos, de los cuales 33 llegaron en la segunda mitad. Además, el escolta bajó 9 rebotes y repartió 5 asistencias. Houston también tuvo un aporte importante de parte de Josh Smith con 20 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, siendo especialmente clave en el arranque del encuentro. Para la visita no alcanzaron los 24 de Klay Thompson, los 23 del golpeado Stephen Curry ni los 21 de Draymond Green.

Pablo Prigioni: 3 puntos, 1 asistencia, 1 robo, 2 pérdidas y 1-1 en triples durante 17 minutos de juego.