Bruno Cerella: "Amo el básquet, pero es una cosa más en mi vida"
16:26 17/09/2020 | El bahiense es el único argentino que jugará la Final Four de la Supercoppa italiana desde mañana viernes. Charlamos con él de cómo viene la temporada y la situación en Europa.
La vida de Bruno Cerella no es la de un basquetbolista común. Nacido en Bahía Blanca, crecido y formado en el club Pueyrredón de esa ciudad, y desde muy joven instalado en Italia persiguiendo un sueño, ha recorrido mucho camino y hoy disfruta del juego en el Reyer Venezia, mientras se ocupa de su tarea social en la ONG Slam Dunk, con la que tiene academias de básquet en Zambia y Kenia. Mañana viernes comenzará su participación en la F4 de la Supercoppa italiana, siendo el único argentino clasificado, donde se enfrentará a su exclub, el Olimpia Milano, por las semis.
-¿Cómo está todo en Italia?
. El panorama social sanitario está bastante bien. Volviendo de a poco a la vida normal. En los partidos ya hay 30/35% de la capacidad de los estadios habilitada para público. En la competición europea va a ser más difícil, pero veremos qué pasa cuando empiecen. Hay países que están peor entonces habrá que ver cómo lo manejan. Socialmente acá dentro de todo va bien. Se están retomando los trabajos.
-¿Los turistas ya arruinaron Venecia de nuevo?
. Je, están llegando. Estuvo el festival de cine, aunque sin muchos actores de Hollywood, pero se hizo y salió todo bien.
-¿Pudiste disfrutar de la Venecia limpia y vacía?
. Sí, bastante. Sobre todo de noche, porque al no haber autos, ya de por sí parecía una ciudad fantasma. No tiene una vida nocturna muy agitada, pero estuvo buenísimo.
-¿Y en África, donde vos tenés tus academias, cómo está la situación?
. La realidad es que en esos lugares es muy difícil poder evaluar la situación sanitaria real. Un país como Kenia tiene todo eso muy precario como para sondear la situación. Seguramente el coronavirus, para un país como Kenia, es una enfermedad más, porque ellos conviven con el HIV, la malaria, la fiebre amarilla, el cólera...hay muchas enfermedades que ellos viven que hace que el coronavirus sea una cosa más. Tienen una situación muy delicada y están más expuestos que otros lugares donde la parte sanitaria está más desarrollada.
- Te llevo al básquet. ¿Cómo fue todo lo previo a la Supercoppa y su desarrollo? ¿Más o menos normal, salvo por la ausencia de público?
. Fue y es distinto, porque cada 4 días estamos obligados a hacernos el tampone (PCR), porque en cada partido el equipo tiene que dar una planilla con los resultados. A nivel social tenemos una vida más contenida a la que estábamos habituados porque si un compañero se contagia, y lo perdés, ponés en riesgo al equipo, y eso es delicado. Pero bueno, la situación es esa y la normalidad es esta. Nos vamos adaptando a los protocolos. Hemos viajado en avión normalmente, o en nuestro colectivo cuando fueron partidos cerca. Hay menos contacto con el público que antes.
-¿Fuera de los partidos, en tu vida normal, tenés que seguir protocolos distintos o los de cualquier ciudadano?
. Lo de los ciudadanos, pero a diferencia de un trabajador cualquiera que se infecta, si te contagiás siendo jugador le causás un daño grave a tu equipo, así que hay que tener mucha responsabilidad y estar atentos.
-¿El nivel de la Supercoppa fue normal o tuvo algún efecto en lo deportivo lo que está pasando?
. El hecho de jugar con poco público o sin público cambia, no es lo mismo. Como dijo el entrenador de los Clippers el otro día. Basquetbolísticamente, muchas veces los árbitros, cuando hay mucho público que presiona, quizá se ven condicionados. Y el deporte es eso, es emociones, y compartir esos momentos con el público, y eso se pierde. Pero la normalidad hoy es esta.
-¿Cambiará eso también un poco las chances en la F4?
. No sé, creo que llegaron los cuatro equipos que tenían que llegar, porque son los que se vienen construyendo para competir en los niveles más altos. Después son partidos donde puede pasar cualquier cosa. Nosotros en los últimos cuatro años somos el equipo más ganador de Italia, con dos Ligas, una Copa, jugando competición europea. No hay ninguno que haya juntado tantos títulos, pero hoy sabemos que Milano y Bologna tienen dos equipazos. Milano es el favorito, obviamente, porque tiene un equipo increíble, este año han comenzado bien, tienen 15 jugadores que podrían jugar en cualquier equipo de titulares, pero después será cinco contra cinco. Un partido seco y vamos a ver lo que pasa. En una final puede pasar todo.
-¿Te sirve lo de mañana para ver dónde están parados?
. No, absolutamente no. Yo creo que la evaluación de un año deportivo, de un grupo, la podés hacer al final de todo. Lo que tiene que ser ganador es el camino. Por ahí no podés ser campeón, pero hacer una gran temporada. Mañana es una oportunidad más para ganar, no para ver dónde estamos parados. Nosotros cambiamos solo dos jugadores del año pasado. Eso es lindo, porque quiere decir que los jugadores quieren quedarse y también que el club tiene la fuerza económica para mantenerlos. Veremos si podemos seguir compitiendo.
-¿En la Eurocup están para seguir siendo protagonistas?
. El año pasado, hasta que se suspendió, estábamos entre los ocho mejores. Seguramente, si hubiésemos tenido estadio, podríamos haber jugado Euroliga. Si en 4 años ganás 2 ligas, una Copa de Italia y un torneo europeo, es evidente que estás preparado. Lo que le falta a Venecia es un estadio. Está el proyecto, pero hoy no está. Y lo que nos toca es la Eurocup.
-¿Cuál va a ser tu rol este año?
. Cuando yo renové tuve en claro mi rol dentro de un equipo con muchos jugadores que quieren ganar. Soy un jugador que puede cambiar el ritmo del partido desde la parte defensiva, como pasó el otro día Trieste, que teníamos que ganar por más de 7, entré en el segundo tiempo y cambió el partido. Presionando toda la cancha la base, apretando y dándole ritmo al equipo. Al mismo tiempo, este año soy consciente que adelante mío llegan nuevas generaciones. Tenemos a uno de los mejores jugadores de Europa clase 2003, que se llama Davide Casarin, y es un crack. Compite con nosotros de una manera increíble. Lo que por ahí no te da es la solidez de hacer seis o siete partidos seguidos buenos. Entonces yo estoy atrás para cuando por ahí no le salen las cosas y necesitás un jugador que pueda dar minutos de calidad, lo que necesita el equipo. Eso es nuestra fuerza, cada uno sabe lo que tiene que hacer.
-¿Estás con la idea de tratar de instalarte en Venecia, donde firmaste por dos años y llevás ya tres?
. Yo vivo en Milano. Por trabajo estoy acá en Venecia. Me encanta, pero mi vida la estoy desarrollando en Milán. Mi casa, mis actividades fuera de la cancha, mi asociación benéfica Slam Dunk tiene la sede en Milán, y es la ciudad que elegí después de haber jugado muchos años ahí, y es la que me dio también muchas posibilidades de desarrollarme desde lo social. Seguramente será mi lugar el día de mañana.
- Se puso lindo Italia ahora con los argentinos, hay varios: Delfino, Scola, estaba Delía, Juan Fernández...
. Sí, hay un montón. Luis en Milán vivía enfrente de mi casa. Ahora se fue a vivir a Varese, donde yo jugué también y es muy lindo para vivir, porque tiene mucho verde. Está muy bueno.
- La Lega está levantando cada año también, recuperó prestigio.
. Sí, lo que pasa es que el coronavirus complicó mucho. Vos pensá que muchos equipos perdieron un montón de ingresos por no poder tener público. La Fortituto tiene 4000 abonados por temporada por ejemplo. Lo mismo los sponsors. Si las empresas no trabajan, es difícil que sigan apoyando. La diferencia acá la hacen 3 clubes: Milano, Bologna y Venezia. ¿Por qué? Venezia, el propietario es una persona millonaria, con una empresa de él. Milano, el dueño es un millonario, como Armani. Y Bologna es distinto, pero tiene como sponsor central a Segafredo, que es una empresa importantísima. Pero los que vivían de los sponsors medios y de la venta de tickets, están complicados. No solo acá. También en Grecia, España y en todo el mundo.
-¿Te afecta a futuro lo que está pasando o ves un futuro cercano positivo?
. Yo soy pro positivo, como se dice. La verdad es que esto no es algo que me cambie la forma de ver la vida. Si mañana me quedo sin básquet y sin nada en la vida, me levanto, voy al restaurante de la esquina y me pondré a ser camarero. Con toda la dignidad del mundo. Seguramente tengo pensamientos y veo las cosas de modo realista, pero tengo una visión de la vida positiva. De hecho, cuando se suspendió el torneo, decidí no firmar con nadie porque en ese momento el básquet no existía. Y si no volvía el deporte y yo me quería ir a ser instructor de buceo a las Maldivas, como me gustaría, no quería estar atado a un contrato. Esperé hasta que hubiese noticas de que el básquet iba a volver a jugarse. El básquet es lo que amo, pero no deja de ser una cosa más en mi vida.
-¿Por Bahía anduviste haciendo algo?
. Estamos haciendo algo muy lindo en Pueyrredón, mi club. Tenemos unos proyectos con Slam Dunk allá, y lo que vamos a hacer es construir una cancha abierta, donde no vayan solo los chicos del club, sino que sea un lugar de referencia del barrio, para hacer actividades afuera del club. Antes había una cancha de paddle, ahora es un espacio destruido, y empezamos esta semana. Se decorará con murales, con artistas de la calle, así que vamos a hacer algo buenísimo.
Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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