El triunfo contra San Lorenzo por 82-80 es uno de los más recordados de los últimos tiempos para Peñarol. Porque el equipo venía de siete caídas seguidas, enfrentaba al campeón que se armó para repetir y no tenía a su referente, Leonardo Gutiérrez. Pero con garra y el aporte del banco, además de un triple ganador de Rob Reed, los "Milrayitas" volvieron a festejar. Para Alejandro Diez, el triunfo tiene un valor muy importante que deberá ser ratificado en los próximos compromisos.
- Por muchas cosas, la victoria contra San Lorenzo no se toma como una más.
. Es especial porque se juntaron muchos factores para que entremos en una racha negativa. De todas maneras veníamos entrenando muy bien y no bajamos los brazos. Encima enfrentamos al campeón, que siempre es una motivación extra. Creo que contra Argentino de Junín habíamos dado un paso adelante aunque no habíamos ganado. Estamos contentos porque dejamos todo y el tiro del final, esta vez entró.
- Tras siete caídas, sin Leo Gutiérrez, sin el goleo habitual de Reed, pero con el aporte del banco.
. Ni hablar. Los suplentes nos dieron una mano importantísima. Bienvenido sea lo que hizo el Chapa (Suárez) o ese ingreso agresivo con el aro de Nico (Zurschmitten). Necesitamos de todos. Enfrentamos a un rival con ausencias pero que le ganó a Bahía y a Quilmes de visitante. Se dio un partido lindo y pudimos festejar. Fue un gran desahogo.
- Ante la ausencia de Leo, vos sos el ala pivote titular y además el capitán. ¿Hace falta que te diga cómo se hace?
. No, son muchos años compartidos. De todas maneras él siempre está para empujar, para decirme que soy el capitán y que tengo que llevar el equipo adelante. Yo trato de aprender de su legado, de lo que él me transmitió en estos años. Siempre está, estuvo en la charla, habla con Marcelo (Richotti). Estos días entrenamos mucho y hablamos profundamente entre nosotros. Si estamos todos dispuestos a ir para adelante vamos a ganar muchos más partidos.
- En todos los años que viviste en el club, esta racha fue la peor.
. Sí, el otro día hablamos con Leo y decíamos que nunca nos había pasado. Es algo negativo que nos tocó vivir, pero agachamos la cabeza y levantamos ante un gran rival que viene puntero. Es una gran inyección anímica que esperemos usarla como un trampolín para agarra confianza todos y tirar para adelante.