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40 años pasaron para que Golden State celebrara un nuevo campeonato NBA, luego de lo que había sido su consagración en la campaña 1974-1975. Este martes, Curry, Iguodala y compañía vencieron 4 a 2 a Cleveland, transformándose en el nuevo monarca de la liga más importante del Mundo. Pero, ¿hay puntos de contacto entre aquellos Warriors del 75 y estos del 2015? Bueno, como veremos algunos sí.

Para empezar, en ambos casos, Golden State arrancó la campaña sin estar entre los favoritos a pelear por el título. Equipos con más experiencia, superestrellas o historia eran considerados mayores candidatos que los californianos de Oakland. 

Para la 1974-1975, los Warriors llegaban de una temporada anterior donde ni siquiera habían llegado a los playoffs y no habían realizado grandes cambios como para ilusionarse con una modificación extrema: mantuvieron el mismo DT (Al Attles) y no sumaron demasiadas figuras, más allá del por aquel entonces novato Jamaal Wilkes.

El escenario fue similar para los Warriors de este año. Más allá de que ellos sí cambiaron de técnico (Steve Kerr por Mark Jackson), la base del plantel era la misma que en la 2013-2014 se había quedado en primera ronda: Curry, Thompson, Iguodala, Green, Bogut, Lee y Barnes, todos continuaron de un torneo para el otro.

Sin embargo, lo que muchos no tendrían en cuenta era el progreso interno dentro de cada equipo. Sin la explosión de una contratación fuerte, tanto el Golden State de ayer como el de hoy, mejoró con el material que ya tenía, manteniendo una base y potenciándola al máximo de sus posibilidades. Con pocas estrellas fuera de los máximos referentes (Rick Barry antes, Steph Curry hoy), los Warriors encontraron su mejor nivel con un gran juego en conjunto y el aporte clave de sus piezas complementarias.

Otro punto de contacto tiene que ver con la velocidad yendo de la mano de una mejoría defensiva. Los Warriors del 75 fueron el 3° equipo que más rápido jugó y el 5° mejor a la hora de la marca, mientras que en la campaña anterior habían terminado 7° y 8° respectivamente. El cambio fue todavía más marcado en el Golden State actual, pasando del 6° ritmo más veloz y la 4° mejor defensa, a estar primeros en ambos rankings.

En resumen, los dos conjuntos no sólo aceleraron su básquet, sino que lo hicieron para ser más efectivos en su propio campo. Por ejemplo, en la 74-75 los de Oakland fueron el equipo que más robos sumó por encuentro (11,9) y este año también estuvieron entre los primeros, finalizando cuartos en ese rubro (9,3). Velocidad, riesgo y versatilidad defensiva, factores compartidos por los grupos de Attles y Kerr.

Volviendo al tema del favoritismo, ninguno de los dos era el máximo candidato a la hora de jugar las finales. Los Warriors del 75 se enfrentaban con unos Washington Bulletts temibles, que habían ganado 60 partidos en la fase regular con la dupla Elvin Hayes-Wes Unseld dominando la zona pintada. En esta oportunidad, enfrente tenían a quizás el jugador más dominante del planeta: LeBron James. En ambos casos, nada de esto le importó a Golden State, que se llevó el título por 4-0 y 4-2 respectivamente.

A la hora de analizar los planteles, ahí sí encontramos mayores diferencias. Mientras que se puede trazar cierto paralelo entre las características de Rick Barry y Steph Curry como dos perimetrales con gran capacidad de goleo y de tiro, la profundidad de estos Warriors dictaba mucho de la de aquellos. En estos playoffs, cinco jugadores promediaron en doble dígito, contra sólo tres en el 75. Curiosidad: Curry tuvo 28,3 tantos de media en esta postemporada, mientras que Barry 28,2.

Como vemos, hay similitudes y diferencias claras entre un equipo y el otro, aunque los fanáticos en la bahía esperarán que en esta ocasión el campeonato no quede aislado como aquel de 1975 y lo que ocurrió el pasado martes sea el nacimiento de una nueva era para el básquet de los Golden State Warriors.