Chapu Nocioni y su relación especial con Dusko Ivanovic
22:10 09/03/2024 | Desde el comienzo de sus etapas en Baskonia, el argentino y el montenegrino se cruzaron con historias, discusiones y multas incluidas.
Andrés Nocioni terminó de formar su juego en España, con su llegada a Baskonia, donde es ídolo y amado. Quizás el entrenador que más lo marcó allí fue Dusko Ivanovic, aunque entre multas, discusiones e historias podemos decir que fue una relación por demás de especial.
En el libro Chapu, Memorias de un Guerrero, el propio argentino contó algunos de los episodios que vivió con el montenegrino. Esta primera fue durante su primer año juntos: “Jugué un partido, un minuto, contra el Madrid, en semifinales. La verdad es que todavía no sé por qué. Entré en el primer tiempo y no hice nada. Perdí una pelota y Dusko me sacó. Creo que tuvo que ver con algo que había pasado el día anterior” comenzó Andrés.
Y siguió con lo que él cree que pasó: “Hubo sesión de tiro y yo llegué 90 minutos tarde, porque había cambio de hora, y a mí se me pasó. No había tanta tecnología. Puse el móvil en silencio, desayuné y, cuando lo prendí, tenía como 10 mensajes de Patxi, el delegado. Me estaba avisando que llegaba tarde. Agarro el auto y, cuando estoy llegando a la cancha, veo salir a Fabricio en su coche. Baja la ventanilla y me pregunta a dónde iba. ‘A entrenar, ¿y vos?’, le digo. ‘Me voy a mi casa’, me contesta. ‘Pero no vas a llegar a la práctica’, digo yo. Me mira, se ríe y se va. Cuando entro, lo veo a Ivanovic, que ni me saluda. Supongo que fue por eso que no jugué, pero nunca me lo dijo”.
Y la primera pelea llegó en la 2001/02, como bien cuenta Chapu: ““Dusko se enojó un día por cómo estábamos entrenando y empezó a hacernos correr suicidas. Creo que fue mi primera pelea con él. Cuando terminamos, dice ‘volvamos a hacer cinco contra cinco’, entonces yo lo encaré y le dije ‘pará Dusko, ¿por qué no seguimos corriendo suicidas? Vamos a correr, tengo ganas de correr. Que vengan todos’. Hicimos otra pasada y otra vez Dusko que nos pide de ir a entrenar. Y yo de nuevo ‘no, no, no, no, vamos a seguir corriendo, que Dusko tiene ganas de que corramos’. Todo esto yo lo hacía porque el castigo inicial había sido absurdo. Entonces salta Charlie Byrd a los gritos para decirle a Ivanovic ‘¡ey coach, yo no quiero correr, él quiere correr!’. Me querían matar todos”.
Las multas para el argentino fueron una constante, como siempre contaron sus compañeros. Pero Dusko tenía claro el potencial de Chapu, como contó: “Tenía cualidades y cosas que no hacía bien, que tenía que mejorar. Yo tenía que cambiarle su comportamiento. Quería hacer de él un mejor jugador y mejor persona. Cuando trabajas con un joven lleno de energía, que piensa que sabe todo, no es fácil, pero de mi parte lo hice con el máximo respeto y siempre intenté hacer lo mejor para él y, con eso, para el equipo. Era difícil, pero era mi trabajo. Andrés quería ser mejor en cada entrenamiento y volcarla en cada ataque. Quería demostrar que era bueno, y creo que por eso llegó a donde llegó. Yo le decía que tenía que jugar con más calma, porque necesitaba saber controlar sus emociones, su energía. Era algo positivo, pero no controlado podía ser negativo. Y aprendió. La energía no la controló, pero la usó bien. Él siempre iba al 150 por ciento. No dejaba nada para después”.
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