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Hace 20 o 30 años atrás, aquellos jóvenes que tenían talento para el deporte, enseguida eran absorbidos por el mundo del profesionalismo, aquel que no tenía tanto en cuenta a la persona por detrás del jugador, en cuanto a lo significaba estudio. Generalmente aquello corría por cuenta de los padres y el club obligaba hasta ahí a estudiar a sus jugadores, algo que en estos tiempos ha cambiado para bien.

Walter Herrmann es de esos jugadores que fueron precoces a la hora de tocar una primera división, en este caso de la Liga Nacional y de hecho lo hizo a los 17 años jugando para Olimpia de Venado Tuerto. Conforme fueron pasando los años e insertándose como profesional, el alero fue dejando un poco de lado la cuestión de estudio por tiempos donde debía viajar mucho con el equipo y la modalidad de estudio remoto estaba lejos de aparecer. Por eso que el bachillerato quedó inconcluso y hoy más de veinte años después volvió a terminar el ciclo y lo hizo con orgullo.

En su cuenta de Instagram @condeherrmann posó con su título en mano y de pasó también contó una historia de color sobre su casa de la infancia, la cual compartió en diferentes épocas, claro está, con el creador de la marcha de San Lorenzo, aquella pieza que enaltece al soldado heroico Juan Bautista Cabral.

 

 

 

 

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El ejemplo de los que fueron grandes en un deporte, también está en su comportamiento fuera de la cancha. Walter Herrmann mostró con alegría el título en mano y a sus flamantes 43 años, puede afirmar que es un ciudadano argentino con secundario completo y a pesar de que solo sea un papel, es un título que simboliza una etapa de su vida con una pequeña puerta abierta que acaba de cerrar.

Nunca es tarde, para terminar algo que quedó pendiente. No importa cuándo o dónde, querer es poder.