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La fama y el dinero son dos cuestiones colaterales que llegan a partir del talento en las cuestiones deportivas. Ser bueno en una disciplina y saber jugar bien de manera natural, te lleva a alcanzar el profesionalismo y abrir otras puertas, las cuales algunas hay que saber cuándo abrirlas y cómo hacerlo.

Luka Doncic es de esos chicos tocados con la varita mágica del talento, aquellos que todo lo convierten en oro y que en el mundo profesional ya son una marca. Su juego cautivó a Europa primero y ahora a la NBA, donde noche a noche deleita a los fanáticos con un juego vistoso, creativo y súper efectivo.

Su padre, Sasa, es fiel admirador de su hijo y quien realizó un diagnostico cuando Luka aún no había llegado a Estados Unidos. Cuando lo consultaron por la posibilidad de dejar el Madrid por la NBA, el exjugador expresó: “Le digo que se divierta, que sea un niño, que se olvide del dinero y de los autos. Otros jóvenes también tienen talento, pero sueñan con millones de dólares y pierden el enfoque en el baloncesto. La NBA en la que Luka piensa es ver una película de Michael Jordan y Magic Johnson. ”