Informe

El otro partido del Che

11:14 13/11/2022 | El bahiense se mostró muy afectuoso con el cuerpo técnico argentino que lo reemplazó hace 3 meses, pero en el partido mandó un mensaje.

El Che tiene dos frentes abiertos: el deportivo y el personal (FIBA)

La salida de Néstor García de la Selección Argentina a fines de agosto de este año, apenas unos días después de ganarle a Bahamas en Mar del Plata por las Ventanas FIBA, nunca quedó del todo clara. La Confederación fue muy escueta en su comunicado ese día: "La Confederación Argentina de Básquetbol comunica la desvinculación de Néstor García como entrenador del seleccionado mayor masculino. El Che adelantó de manera verbal su alejamiento, por motivos de su intimidad que respetamos, y no integró la delegación que viajó este martes por la tarde hacia Brasil para disputar la Americup".

Nunca más se habló del tema, nunca más habló Néstor García del tema, la CAB eligió a Pablo Prigioni para sucederlo y Argentina fue a Brasil y terminó ganando la Americup de forma invicta. Sorpresivamente, 3 semanas después de su salida de la Selección Argentina, Néstor fue contratado por República Dominicana para ser su coach (ya lo había sido en el 2019). Su primer rival: Argentina, el jueves 10 de noviembre. 

El morbo por ver qué pasaba entre García y, como mínimo, los integrantes del cuerpo técnico argentino, hizo que se esperara ese momento con mucha intriga, pero el encuentro fue lo opuesto a lo que muchos esperaban: abrazos y besos efusivos del Che con Prigioni, Leo Gutiérrez, Gonzalo García y demás integrantes del cuerpo técnico, además de saludos con los propios jugadores.

 

 

Sin embargo, Néstor sabía que no era un partido más para él. Y no solo por el resultado. García volvió a ser el de su época en Venezuela: súper activo, muy metido en el partido, metiéndole energía a sus dirigidos para ser una tromba defensiva. Tan activo estuvo que hasta Prigioni se quejó con los árbitros porque el Che vivía adentro de la cancha, hasta que consiguió que le pitaran una técnica. 

Así fue todo el partido. Un García muy distinto al que dirigió a Argentina, sobre todo en aquel partido contra Bahamas. Por eso leimos entre líneas que Néstor no solamente jugó un partido a ganar porque era vital para que Dominicana siguiera vivo en su chance de llegar al Mundial, sino que jugó otro para los argentinos que lo veían por TV. Como diciéndoles "estoy entero más allá de todo lo que se haya dicho y soy el mismo de antes". 

La realidad es que se lo vio bien, parecido al que dirigía a Venezuela, y quizá ahí esté uno de los puntos de su corto paso por la Selección Argentina. Néstor es Dios en Venezuela y posiblemente termine siéndolo también en Dominicana, donde todo es muy diferente a Argentina. A Venezuela la llevó en su paso (2013-2016) a los Juegos Olímpicos después de 24 años y a Dominicana la hizo pasar de ronda en un Mundial ganándole a una potencia como Alemania. Hizo maravillas con equipos no acostumbrados a ganar. 

Al tomar Argentina, el panorama era el opuesto. Argentina venía de un mal Juego Olímpico, pero de 20 años de gloria a nivel mundial, y lo que se necesitaba era una energía y una confianza que Néstor no supo darle. Al menos, no le dio el tiempo. Y él no supo aprovechar el que tuvo. Probó fórmulas más para Venezuela o Dominicana que para Argentina, pero sobre todo no fue él. El tipo al que (casi) todos apoyaron para que reemplazara a Sergio Hernández después de Tokio. 

El jueves, Néstor García le ganó a Argentina un partido vital, pero más que eso, el Che se anotó un poroto en otro partido que él juega aparte. Es un partido donde en realidad el rival es él mismo. Y esta vez no puede perder. 

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