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Tras ganar tres anillos de forma consecutiva y ser el mejor de la liga en esos años, Michael Jordan anunció que se retiraba del baloncesto en 1994. El jugador de los Bulls decide irse a jugar béisbol para cumplirle el sueño a su padre, recientemente fallecido.

Scottie Pippen, su mejor compañero dentro de la cancha, decide invitar a Jordan al All-Star Classic, partido que reunía a muchas personalidades destacadas de diferentes ámbitos. Este encuentro se desarrolló en la ciudad de Chicago y casualmente fue el último cotejo disputado en el viejo estadio de los Bulls, antes que pasen al United Center.

El partido era en carácter benéfico y es por lo que Jordan decidió aceptar la propuesta de su excompañero. Gracias a que el estadio se llenó de gente, lograron recaudar más de 150.000 dólares, cifra muy alta y que seguramente sin la presencia del tres veces MVP de las finales, hasta ese entonces, no hubieran podido llegar.

MJ jugó el encuentro para el Equipo Blanco junto a otras estrellas de Chicago en ese entonces como lo eran Grant o Armstrong. Su rival, el Equipo Rojo, contaba con la presencia de Pippen, pero pudieron derrotarlo por 187 a 150. Como era de esperarse, el número 23 fue el mejor de la cancha y anotó 52 puntos con un 24/46 en tiros de campo. Sobre el final, se fue dándole un beso al parqué.